"Desagrado" del Gobierno español ante el golpe militar

La reacción de la clase política española y de otros medios religiosos, políticos y sociales fue unánime a la hora de condenar el golpe de Estado registrado ayer en Bolivia. El Gobierno español mostró su «preocupación y desagrado » por lo que estaba ocurriendo en Bolivia, mientras que el PSOE calificó la intervención militar corrio «una traición a la nación boliviana».Fuentes gubernamentales precisaron que el Gobierno manifestaba «su preocupación y desagrado por cualquier cosa que piieda representar la eventual interrupción del proceso democrático «en el país andino».

El secretario de i...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La reacción de la clase política española y de otros medios religiosos, políticos y sociales fue unánime a la hora de condenar el golpe de Estado registrado ayer en Bolivia. El Gobierno español mostró su «preocupación y desagrado » por lo que estaba ocurriendo en Bolivia, mientras que el PSOE calificó la intervención militar corrio «una traición a la nación boliviana».Fuentes gubernamentales precisaron que el Gobierno manifestaba «su preocupación y desagrado por cualquier cosa que piieda representar la eventual interrupción del proceso democrático «en el país andino».

El secretario de información de UCD, Carlos Fernández, declaró que su partido contemplaba con preocupación las noticias sobre los acontecimientos que se estaban desarrollando en Bolivia y añadió que confiaba «en el entendimiento de las fuerzas sociales para la plena normalización democrática que, a juicio de UCD, es un objetivo fundamental en todos los países latinoamericanos».

Más información

Condenas de la izquierda

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

«Condenamos el levantamiento militar por entender que el pueblo boliviano ha decidido libremente su destino como nación, dentro de los límites de expresión de un sistema democrático », declaró, por su parte, el diputado socialista y secretario de prensa del PSOE, Pedro Bofill. «Cualquier intento contra la voluntad popular», concltiyó, «supone una traición a la nación boliviana».

También los sindicatos se sumaron a la reacción contra el motín militar. La comisión ejecutiva de la UGT expresó su «condena por la actitud de un secior militar incapaz de mantener la neutralidad en un país cuyos trabajadores parecían haber encontrado, tras las últimas elecciones, el camino hacia la democracia». CC OO dio a conocer una nota en la que manifestaba «su enérgica repulsa ante un nuevo pronunciamiento de algunos sectores del Ejército boliviano que pretenden estrangular por la fuerza el proceso democrático». Asimismo, manifestó su apoyo a la huelga general convocada por la COB (Central Obrera Boliviana) y diversas fuerzas políticas y sociales, en respuesta al golpe de Estado.

Mientras, quince organizaciones religiosas, políticas y de derechos humanos publicaban una nota pronunciándose en contra del alzamiento de un sector dei los militares bolivianos contra la normalidad constitucional. «Protestamos contra el levantamiento de algunas guarniciones militares», dicen, «reconocemos el proceso democrático de Bolivia y apoyamos la posición de la COB». Entre los firmantes figuran la Liga por los Derechos y la Liberación de los Pueblos, las Comunidades Cristianas Populares, el Club de Amigos de la Unesco y el Instituto de Estudios Políticos para Africa. y América Latina (lepala).

Archivado En