El dibujante Carlos Giménez presentó su historieta "Koolau el leproso"

El dibujante madrileño Carlos Giménez, residente en Barcelona, presentó ayer, en la librería Totem Comics Shop, el álbum Koolau el leproso, publicado en la serie Papel Vivo, de Ediciones de la Torre, que obtuvo el pasado mes de mayo, en Bruselas, el premio Saint Michel al mejor dibujante extranjero. En el acto intervino Rodrigo Hernández, quien expuso la trayectoria personal y artística del autor de series de historietas como Gringo, Delta 99, Dani Futuro, Hom, Barrio y Paracuellos.

Carlos Giménez, de 39 años, inicia su carrera como la mayoría de los autores españoles que han conseguido...

El dibujante madrileño Carlos Giménez, residente en Barcelona, presentó ayer, en la librería Totem Comics Shop, el álbum Koolau el leproso, publicado en la serie Papel Vivo, de Ediciones de la Torre, que obtuvo el pasado mes de mayo, en Bruselas, el premio Saint Michel al mejor dibujante extranjero. En el acto intervino Rodrigo Hernández, quien expuso la trayectoria personal y artística del autor de series de historietas como Gringo, Delta 99, Dani Futuro, Hom, Barrio y Paracuellos.

Carlos Giménez, de 39 años, inicia su carrera como la mayoría de los autores españoles que han conseguido una proyección internacional, desde las primeras historias del Oeste, románticas y de guerra. «El final del franquismo», declaró ayer el dibujante, «supone una nueva etapa en mi trabajo, con el abandono de las historietas comerciales y la posibilidad de publicar en España los temas censurados hasta entonces. Desde hace cinco o seis años trato de hacer una historieta que tenga una concepción política concreta, la mía, y no, la del régimen anterior. La censura franquista llegó a elaborar todo un libro con los temas que el comic no podía tocar, como el sexo, la religión, los conflictos familiares. Frente a los tebeos falangistas, el autor de hoy tiende a poner en su trabajo su propia ideología, aunque muchos se han acostumbrado a no tener en cuenta la ideología y son poquísimos los que tienen una ideología de izquierda».La sinceridad y la autenticidad presiden las intenciones de los guiones y dibujos de Carlos Giménez. Conoce la infancia y dibuja Paracuellos y Barrio, desde su experiencia de ocho años en centros de Auxilio Social; vive en la España posfranquista y dibuja la crónica de los últimos años en las series España una; España, grande, y España, libre. Confiesa que le resulta muy difícil contar la historia de un indio mohicano en lucha con un oso. «Me interesa contar cosas reales, auténticas, y en comic se puede contar cualquier historia, al mismo nivel que otros medios, como el cine o la literatura. Si alguien en nuestro siglo menosprecia el comic, es ya una cuestión de incultura».

Koolau el leproso, publicado ahora en álbum, se basa en un relato corto del mismo título del novelista Jack London. «Es un autor que admiro profundamente, por su trayectoria progresista y por la fuerza de sus narraciones, que permiten adaptaciones a la historieta». De la misma forma que Barrio es continuación de Paracuellos su última obra empieza donde acaba Hom, versión libre de la novela de Aldiss, más simbólica y fantástica. Otros cuentos de London, junto con narraciones de Lem, componen la serie Erase una vez en el futuro.

En el conjunto de su obra se aprecia, según su propio resumen, una temática realista, con ausencia de superhéroes, sustituidos por hombres y mujeres de gran valor humano, insuficientes por sí mismas. En la realización gráfica, un dibujo impresionista y una planificación de viñetas y páginas adecuada para cada tema. «Estudio mucho la concepción narrativa, con el ritmo, el texto, el juego de imágenes y los tiempos muertos, los silencios. Mi dibujo es minucioso, con más atención a los gestos y actitudes que a la documentación exterior decorativa, con objeto de, transmitir al lector una serie de sensaciones. A través del dibujo, me interesa más tratar en imagen lo que quiero contar que reflejar con exactitud las dimensiones del mundo real. Todo está en función de la narración, con una lucha personal entre el guionista y el dibujante».