Tribuna:SPLEEN DE MADRID

Los alimentos terrestres

Está abrumada España de cosechas del cielo, están dando tomates los tiestos de cualquiera, está naciendo España, joven como legumbres, cuando la quieren vieja y enterrada en un valle. Qué golpazo de España, qué cosechón de viento, pan para repartirse si hubiera buen gobierno, desayunados todos, como dijo el poeta.Y a mí me lo preguntan, a mí, farola urbana, los periodistas nuevos y los hombres del tiempo. ¿Es que no han asomado a una esquina de España, es que no han visto nada de lo que está pasando' El felpudo del. campo debajo de la puerta, y la alfombra de siempre dando rosas salvajes. Qué ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Está abrumada España de cosechas del cielo, están dando tomates los tiestos de cualquiera, está naciendo España, joven como legumbres, cuando la quieren vieja y enterrada en un valle. Qué golpazo de España, qué cosechón de viento, pan para repartirse si hubiera buen gobierno, desayunados todos, como dijo el poeta.Y a mí me lo preguntan, a mí, farola urbana, los periodistas nuevos y los hombres del tiempo. ¿Es que no han asomado a una esquina de España, es que no han visto nada de lo que está pasando' El felpudo del. campo debajo de la puerta, y la alfombra de siempre dando rosas salvajes. Qué golpazo de patria, que cosechón ochenta, qué siglo de membrillos y trigales que gritan. Ah. los tristes Gobiernos. los políticos lentos, los que tanto especulan con la escasez y el folio: España les desmiente, provincia agropecuaria, y llena de ciruelos mi corazón de pueblo.

Claro que hay para todos, vieja tierra de mostos, claro que hay para todos, lo que no hay es reparto. A ver ahora qué dicen de esta loca cosecha que se sube a la barba férrea de las estatuas. Que ya el año pasado dio España su respuesta, referéndum del trigo, socialismo y patatas. Y este año se duplica nuestro milagro laico, los magnolios abiertos como damas perdidas, la repetida pera, la inesperada rosa, Galicia descendiendo con banastas ingenuas como en un dulce cuadro de María Antonia Dans, Cataluña cargada de limones y borjas, y Castilla con barba de trigo de ocho meses. Las provincias acuden, los Estados se vuelcan, y Fernando Quiñones siega luz andaluza. Los pomelos de nalga que mandaba Manolo, el arroz de Valencia, ancho como la China, las manzanas de Asturias, una sidra violenta, hay España por todos, España para todos. Lo que no hay es Gobierno, lo que no hay es reparto, la abundancia evidencia que el verano es de cuatro.

Ya está bien el abuso de la crisis y el dólar, ya está bien lo precario como gran metafísica. Cuando la democracia nos retira sus tiendas, las casetas de baño, ay la pornografía, viene la ola del trigo, democracia pecuaria, y hay un niño extremeño que ya vive en un olmo. ¿Y los planes agrarios, y el reparto del tiempo> Nada han hecho en las Cortes por montar la otoñada, ríada sabe el Gobierno de extender sementeras. Ahora España replica al ministro de nada con el todo crudizo de sus fuertes nogales, se unifica el Estado de las autonomías. ,cuando pasa la mano general del buen tiempo. A la luz apaisada de la tierra vestida queda más claro el fraude de las cuentas trucadas, y el azul latifundio de los cielos de España se derrama en Europa. desgobierna Gobiernos.

Esto es un referéndum, una clara respuesta de los hombres del campo a la duda de Suárez. Si con estas cosechas de la predemocracia no hay tarea para todos, fruta yendo a la escuela, es que aquí las manzanas no leerán de corrido porque no quieren ellos que los niños maduren. Si con esta abundancia que el reparto del viento ha dejado en España, coronando preñadas, si con estas cosechas que el dinero se calla no hay curro para todos y naranja de postre es porque la oratoria, la política negra, ya no sabe ni quiere erigir limoneros. Cuando anuncian a julio como mes ominoso, este junio sembrado, populoso de paces, es un mapa de eras, una escrita comarca, barricada de panes y de sanos tubérculos donde el pueblo se agrega con el torso encendido para dar la respuesta caligráfica y verde de su largo trabajo bendecido de climas. El ministro del ramo (no sé cómo se llama) no ha llevado a las Cortes una espiga del alba. Y la España industrial, que hace huelga salvaje, no contaba con esto. cosechón indomable que propone reparto, democracia y almuerzo. Hay un niño extremeño que ya vive en un olmo, pero aquí las manzanas no leerán de corrido.

Archivado En