Solo 18 millones de pesetas por un cuadro de El Greco

La subasta Sotheby's no alcanza los precios previstos

En dieciocho millones acabó la subasta de El Greco, plato fuerte del remate que organiza la casa Sotheby's en el palacio de Boadilla del Monte, a veinte kilómetros de Madrid. El cuadro, tasado por la casa y los expertos entre veinte y veinticinco millones, es un san Pedro, de 68 por 53 centímetros, firmado con las dos letras del alfabeto griego delta y tau, que corresponden a las iniciales de Doménico Theotocópulos, más conocido como El Greco.Hay que decir que este era el cuadro número 61 de la primera tanda de subastables, y que en general faltó pasión en aquel templo del dinero y del arte. T...

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En dieciocho millones acabó la subasta de El Greco, plato fuerte del remate que organiza la casa Sotheby's en el palacio de Boadilla del Monte, a veinte kilómetros de Madrid. El cuadro, tasado por la casa y los expertos entre veinte y veinticinco millones, es un san Pedro, de 68 por 53 centímetros, firmado con las dos letras del alfabeto griego delta y tau, que corresponden a las iniciales de Doménico Theotocópulos, más conocido como El Greco.Hay que decir que este era el cuadro número 61 de la primera tanda de subastables, y que en general faltó pasión en aquel templo del dinero y del arte. Templo, porque: silenciosamente seguían las mujeres -muchas mujeres- y hombres desocupados o inversores, coleccionistas o anticuarios y otros mercaderes del arte, la voz del oficiante, Edmund Peel, y del martillo que daba Final a las pujas.

Edmund Peel, preguntado por EL PAIS, se abstuvo de decir el nombre del comprador, que, al parecer, es catalán. Lo que sí dijo es que «no está claro en la legislación actual que el Estado puede ejercer ningún derecho de compra sobre una obra en importación temporal. Ni tal parece que es la situación de El Greco subastado aquí está tarde».

Eso mismo confirmó a EL PAIS Juan Carlos Elorza, subdirector general del Patrimonio, y de algún modo representante del Ministerio de Cultura en la subasta. Efectivamente, si no se demuestra que el cuadro lleva en España más de cierto número de años, el Estado no podrá ejercer su derecho de tanteo y retracto sobre él, aun cuando fuera comprado por un ciudadano español.

Hasta que llegó El Greco, la subasta se resintió de la crisis económica, los cuadros salían muy por debajo de su precio de tasación, y apenas la alcanzaban. Parecía más bien un espectáculo antiguo sin apenas participación. Había contagiado al público algo que flotaba en el ambiente: esa rigidez neoclásica de la obra de Ventura, Rodríguez, el arquitecto contemporáneo de Carlos III, autor del, palacio de Boadilla, que si no gozó, de la simpatía del «alcalde de Madrid», sí de los favores de su hermano Luis Antonio de Borbón, para quien construyó este palacio. El jardín donde se celebra esta subasta, un poco aburrida -sólo, un cuadro de la escuela de El Greco, que todos esperaban para abrir boca supera, el doble del precio de salida-, es un parque nada afrancesado, salvaje, en mitad del campo. Y ronda por ahí todavía el fantasma de Godoy, que lo habitó en su momento. Por lo demás, y aunque las cifras totales de la subasta sólo se conocerán hoy, para los oficiantes sí que será un buen negocio, sobre todo si contamos con que el arte romántico y moderno que corresponde a la jornada de hoy cuenta con muchos más aficionados en España que a las tablas y telas de los vicios tiempos.

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