El ministro alemán de Finanzas veta el acuerdo de Bruselas sobre la contribución británica

A pesar de que el Gobierno de la República Federal de Alemania considera que el acuerdo de Bruselas sobre la contribución británica al presupuesto comunitario era vitalmente necesario para la CEE, el ministro de Finanzas de la RFA, Hans Matthoeffer, socialdemócrata, ha decidido hacer uso de su derecho al veto contra este acuerdo. Al parecer, tampoco acepta el acuerdo el presidente de la fracción socialdemócrata en el Parlamento de Bonn, Herbert Wehner, que es quien ha comunicado la decisión del ministro tras una reunión de la propia fracción parlamentaria.

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A pesar de que el Gobierno de la República Federal de Alemania considera que el acuerdo de Bruselas sobre la contribución británica al presupuesto comunitario era vitalmente necesario para la CEE, el ministro de Finanzas de la RFA, Hans Matthoeffer, socialdemócrata, ha decidido hacer uso de su derecho al veto contra este acuerdo. Al parecer, tampoco acepta el acuerdo el presidente de la fracción socialdemócrata en el Parlamento de Bonn, Herbert Wehner, que es quien ha comunicado la decisión del ministro tras una reunión de la propia fracción parlamentaria.

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, Wehner dijo anoche que consideraba improcedente que la RFA "fuese ordeñada como si fuese una vaca" por ciertos países comunitarios, aunque, efectivamente, sea muy necesario salvara las Comunidades Europeas de la crisis en que se encuentran desde hace casi un año. Dada la competencia ministerial, si el próximo miércoles persistiese Hans Matthoeffer en su actitud durante el próximo Consejo de Ministros, ello significaría que el Gobierno federal retiraría su apoyo a la solución, aceptada ya de antemano por el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher.Para el Gobierno de la República Federal de Alemania, el compromiso alcanzado en Bruselas sobre la aportación británica a las Comunidades Europeas es satisfactorio, en cuanto que ha salvado a la Europa integrada (por ahora) de una grave crisis. El ministro de Estado y jefe de la comisión negociadora alemana, Klaus von Dohnanyi, ha declarado a este respecto que el compromiso le hace feliz como europeo, pero no como alemán. En definitiva, el Gobierno federal asume no sólo el compromiso de anotar en su cuenta presupuestaria un capítulo adicional de 2.600 millones de marcos «para salvar la idea de Europa», sino que también ha de convencer a los contribuyentes alemanes que correr con el déficit británico es algo más que aliviar a Londres. Bonn deberá responder del 39% de la parte presupuestaria europea que deje de pagar Gran Bretaña.

Las primeras reacciones fuera del ámbito del Gobierno han sido en la RFA poco estimulantes. La asociación de agricultores estima que el compromiso "es ciertamente un progreso, pero apenas representará para la RFA un ingreso de quinientos o seiscientos millones de marcos", lo que representa poco si se tiene en cuenta la aportación global de este país al presupuesto general comunitario. La democracia cristiana cree que tan sólo se ha logrado aplazar la verdadera solución del problema. La Confederación de Asociaciones de Consumidores ha sido aún más tajante: el acuerdo es «claramente negativo». La razón es que ya

se vislumbra una subida de precios de los productos agrícolas en los mercados alemanes. El Gobierno da a entender, como tranquilizante para el usuario, que quizá en junio de 1981 la situación cambie de signo y los países agrícolas de tau CEE emprenderán en breve una reforma a fondo de sus estructuras.

Desde el punto de vista político, la RFA se felicita sin restricciones de que se haya logrado el acuerdo. Europa ha salido reforzada de la prueba, se dice, no sólo porque "se ha salvado la unión aduanera, agrícola y monetaria", sino también porque Europa puede así adoptar decisiones políticas exteriores en Venecia.

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