Genscher, escéptico ante el viaje del canciller federal alemán a Moscú

Mientras el ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA) y vicecanciller, Hans Dietrich Genscher, duda de que el próximo viaje del jefe del Gobierno, Helmut Schmidt, a Moscú sea realmente útil, el segundo hombre de la socialdemocracia, Hans-Juergen Wischnewski, exponente de la «línea Schmidt», recalca que los intereses de Estados Unidos no son los mismos, en buena medida, que los de los europeos. La Democracia Cristiana, por su parte, acusa al canciller de seguir los dictados del núcleo «prosoviético» de su partido, el SPD, y al tiempo trata de clavar una cuña e...

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Mientras el ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA) y vicecanciller, Hans Dietrich Genscher, duda de que el próximo viaje del jefe del Gobierno, Helmut Schmidt, a Moscú sea realmente útil, el segundo hombre de la socialdemocracia, Hans-Juergen Wischnewski, exponente de la «línea Schmidt», recalca que los intereses de Estados Unidos no son los mismos, en buena medida, que los de los europeos. La Democracia Cristiana, por su parte, acusa al canciller de seguir los dictados del núcleo «prosoviético» de su partido, el SPD, y al tiempo trata de clavar una cuña entre la socialdemocracia y el Partido Liberal, recordando que Genscher ha sido marginado en los preparativos del viaje.Franz Josef Strauss, candidato conservador a la cancillería, califica de «útil» la visita de Schmidt a Moscú, pero su hombre de confianza en Baviera, Friedrich Zimmermann, ha comentado que, si el canciller fuese a Moscú, «ese día sería una jornada negra para Occidente». La «enfermedad americana», en suma, parece haberse contagiado a la RFA, también en trance electoral, y aquí todo parece tender ahora al surrealismo. En Bonn se habla ya de tendencias «prosoviéticas», de «afrancesados» y de «americanistas», aunque sin renegar del «atlantismo».

Wischnewski, una prolongación de Schmidt en la vicepresidencia del SPD, inmediatamente detrás de Willy Brandt, ha dicho que los norteamericanos deberían conocer mejor la realidad alemana, sobre todo en lo que concierne a la dependencia exterior de este país en el sector energético. La RFA, ha recalcado Ben Wisch, como se le conoce aquí por su conexión con la política árabe, «no sólo es miembro de la OTAN, sino también de la CEE, y por ello debe tener en cuenta sus estrechas relaciones con Francia a efectos de desarrollar una política conjunta».

La RFA está dispuesta a fomentar una actitud solidaria con Estados Unidos, pero esto no significa que «haya de poner en marcha toda aquella iniciativa de la otra parte que, por razones de política interior, crea ésta necesaria», dice Wischnewski. Frente a esta opinión, el ministro Genscher, liberal, cree que no tiene sentido considerar a la RFA capaz de iniciar un diálogo con Moscú «por delegación de todo el mundo», y ha insistido al tiempo en que la Unión Soviética, «sin perspectiva alguna de éxito», se propone distanciar a Europa de Estados Unidos.

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