París dificulta las inversiones vascas en el sur de Francia

La Administración francesa se manifiesta remisa cuando industriales españoles intentan implantarse en el País Vasco francés, mientras que favorece en el mismo sentido a las multinacionales. Así lo estima la población vasca, que últimamente ha denunciado los problemas que se le han creado a la sociedad Galiper, dirigida por Pedro Garmienda, al tiempo que se le proporcionaban toda clase de facilidades a la Sony japonesa.

La sociedad Galiper, hace ya más de un año, solicitó los permisos oportunos, en Francia y en España, para instalar un criadero industrial de codornices en Saint-Pee-S...

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La Administración francesa se manifiesta remisa cuando industriales españoles intentan implantarse en el País Vasco francés, mientras que favorece en el mismo sentido a las multinacionales. Así lo estima la población vasca, que últimamente ha denunciado los problemas que se le han creado a la sociedad Galiper, dirigida por Pedro Garmienda, al tiempo que se le proporcionaban toda clase de facilidades a la Sony japonesa.

La sociedad Galiper, hace ya más de un año, solicitó los permisos oportunos, en Francia y en España, para instalar un criadero industrial de codornices en Saint-Pee-Sur-Nivelle, al lado de Bayona. Emplearía a 45 personas para producir 100.000 gallináceas semanales. El Gobierno español autorizó la salida del capital, pero el Ministerio francés de Agricultura retrasó hasta el límite la autorización de entrada en Francia de ese capital.

Paralelamente, el propio presidente de la República, Valéry Giscard d'Estaing, anunció la construcción de una fábrica de casetes por la firma japonesa Sony (40.000 millones de dólares de cifra anual de negocios), que empleará 325 personas para producir 36 millones de casetes cada año.

Fue la llegada del invasor japonés quien soliviantó a los vascos: consejeros municipales, sindicatos, una petición que circuló por los pueblos de la región, escalonaron las intervenciones en favor de la empresa hermana. Por fin, el pasado 29 de febrero, el ministro de Agricultura francés, Pierre Mehainerie, dio el visto bueno al proyecto de Galiper. Pero el permiso de expatriación del capital ya había caducado dos semanas antes.

Los vascos denuncian esta política económica multinacional (la Sony le ha facilitado préstamos al Gobierno francés al interés del 6,5%) como una de las cartas que juega París contra una economía específicamente regional, que a largo plazo favorecería el desarrollo de un poder regional que a su vez excitaría en las nuevas generaciones el sentimiento nacionalista vasco.

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