Europa se aleja de la iniciativa del presidente Carter para boicotear los Juegos de Moscú

Washington Mientras quince comités olímpicos europeos, España entre ellos, reafirmaron ayer en Bruselas su «firme voluntad de poner los medios necesarios para que los atletas puedan participar en los Juegos Olímpicos de Moscú», el presidente Carter y sus más inmediatos asesores permanecen reunidos en Camp David para analizar, entre otros temas, las implicaciones derivadas del boicot definitivo de Washington a los Juegos.

La plana mayor de la Casa Blanca intenta encontrar nuevas formas de persuasión para que otros países sigan el ejemplo norteamericano. La Administración Carter, en caso ...

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Washington Mientras quince comités olímpicos europeos, España entre ellos, reafirmaron ayer en Bruselas su «firme voluntad de poner los medios necesarios para que los atletas puedan participar en los Juegos Olímpicos de Moscú», el presidente Carter y sus más inmediatos asesores permanecen reunidos en Camp David para analizar, entre otros temas, las implicaciones derivadas del boicot definitivo de Washington a los Juegos.

La plana mayor de la Casa Blanca intenta encontrar nuevas formas de persuasión para que otros países sigan el ejemplo norteamericano. La Administración Carter, en caso contrario, se encontrará peligrosamente aislada en su política de represalias deportivas tras la invasión de Afganistán.Los comités olímpicos de siete países (España, Bélgica, Gran Bretaña, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia y Suiza) parecen estar completamente decididos a ir a Moscú, mientras que los siete restantes (Austria, Holanda, República Federal de Alemania, Luxemburgo, Liechtenstein, San Marino y Turquía) no han manifestado formalmente su decisión última, aunque el comunicado firmado por todos ellos ayer en Bruselas indica claramente cuál es el camino a seguir. Todos rechazan las interferencias políticas en el deporte.

«No se trata de ninguna reunión de crisis». afirmó en Washington un portavoz de la Casa Blanca. El silencio en la apacible residencia de Camp David, sin embargo, posiblemente le recuerde a Carter el mismo ambiente de frialdad con que fue recibido por un centenar de atletas, reunidos en la residencia presidencial, convocados por el primer mandatario para anunciarles la decisión «irrevocable» de Estados Unidos de no participar en los Juegos Olímpicos del próximo verano en Moscú.

Los observadores veteranos de la vida cotidiana de la residencia del presidente de Estados Unidos destacan el hecho, sin precedentes, de que la entrada de un presidente no sea acogida con una salva de aplausos. Los atletas permanecieron silenciosos. Sólo algunos aplaudieron cortésmente a Carter al final de su alocución, en la que justificó la ausencia de Estados Unidos de Moscú, como réplica «necesaria para preservar la paz en el mundo».

El secretario general del Comité Olímpico de Estados Unidos, coronel Don Miller, que asistió ayer a la reunión de Bruselas en calidad de observador, interrogado sobre si la decisión de boicotear los Juegos es «irrevocable», afirmó que nada lo era, excepto la muerte. «Pero, si el presidente Carter mantiene su petición, por que cree que con el boicot se benefician los intereses de nuestro país, esto tendrá un gran impacto sobre los atletas americanos y sobre nuestro Comité Olímpico.»

«No sé si las demás naciones boicotearán los Juegos Olímpicos de Moscú, pero nosotros no iremos», dijo tajantemente el presidente Carter, cerrando toda esperanza para encontrar una solución entre Washington y Moscú antes de la fecha tope del 25 de mayo, en que se cierra el plazo de inscripción. Comentando, con amargura, la declaración presidencial, Willie Davenport, medalla de oro en atletismo en las Olimpíadas de 1968, dijo: «No sólo ha cerrado la puerta, ha pasado el cerrojo y ha tirado la llave. »

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Una encuesta informal publicada por el diario The Washington Post, entre el centenar de atletas y dirigentes deportivos presentes en la Casa Blanca, dio como resultado 44 opuestos al boicot, veintinueve apoyando la postura de la Administración Carter y veinticuatro abstenciones. La alternativa ya descartada de unos juegos paralelos entre los atletas de los países que eventualmente no acudan a Moscú no convence tampoco a los deportistas norteamericanos.

El representante español en Bruselas y vicepresidente de nuestro Comité Olímpico, Florencio Noriega, que abandonó inmediatamente la reunión para regresar a Madrid, señaló que el Gobierno español «ha dejado la decisión de acudir o no a Moscú al Comité Olímpico nacional» y que éste celebrará una nueva reunión en abril, un mes antes de que finalice el plazo de inscripción para las Olimpíadas.

El comunicado firmado en la capital belga por los quince países, recuerda que, en virtud de la carta olímpica, son los comités nacionales, individualmente, quienes tienen el «derecho exclusivo» a decidir si acuden o no a los Juegos y que las Olimpíadas son una competición entre individuos y no entre países. «Resaltamos que la participación en una Olimpiada», añade el comunicado, «no significa ni ha significado nunca una toma de posición política.»

Los representantes de los comités olímpicos de estos quince países europeos se oponen también a la organización de cualquier otra competición deportiva que se presente como un medio para sustituir los Juegos. En todo caso, se dirigen también al Comité Olímpico soviético para que contribuya por todos los medios a su alcance a asegurar que la Olimpíada se desarrollará en una atmósfera de respeto a los principios fundamentales del movimiento olímpico.

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