Washington estudia nuevas medidas de represalia contra Irán tras el fracaso de la comisión de la ONU

El presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, ha acusado al Gobierno iraní de no haber respetado los principios acordados en la ONU para facilitar la labor de la comisión internacional que debía negociar la liberación de los cincuenta rehenes norteamericanos detenidos en su embajada en Irán desde el pasado 4 de noviembre. La reacción de Carter, manifestada en el curso de una reunión en la Casa Blanca con un grupo de senadores, podría acompañarse próximamente de una serie de medidas de represalia económica y, posiblemente, también militares contra Irán.

En Washington se especula sobre t...

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El presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, ha acusado al Gobierno iraní de no haber respetado los principios acordados en la ONU para facilitar la labor de la comisión internacional que debía negociar la liberación de los cincuenta rehenes norteamericanos detenidos en su embajada en Irán desde el pasado 4 de noviembre. La reacción de Carter, manifestada en el curso de una reunión en la Casa Blanca con un grupo de senadores, podría acompañarse próximamente de una serie de medidas de represalia económica y, posiblemente, también militares contra Irán.

En Washington se especula sobre todo un abanico de medidas que deberían contribuir a forzar una solución en Irán: potenciar el actual embargo comercial, bloqueo naval o incluso intervención militar. Hipótesis esta última que comportaría un elevado índice de riesgo, tanto en lo que respecta a la vida de los rehenes como a sus implicaciones estratégicas en una zona del globo donde las dos grandes potencias están ya enfrentadas desde la invasión soviética de Afganistán.«Esperamos un informe de la comisión sobre la situación actual en Irán, antes de decidir nuevas formas de acción», afirmó Hodding Carter, portavoz del Departamento de Estado. En realidad, la situación vuelve a un «punto muerto » tras el fracaso de la comisión internacional para entrevistarse con los norteamericanos detenidos en Teherán, que ayer cumplieron 129 días de cautiverio.

«América inicia un nuevo día de frustración nacional», comentó, por su parte, el presentador del telediario en una de las grandes cadenas de televisión estadounidenses. El sentimiento, oficial y popular, es que la larga crisis entre EEUU e Irán no encuentra fórmulas idóneas para llegar a su fin. Los estudiantes islámicos revolucionarios, apoyados por el imán Jomeini, se oponen a las soluciones políticas que presenta el Gobierno iraní presidido por Banisadr. El nuevo compás de espera se alargará, por lo menos, hasta la elección del nuevo Parlamento iraní, fijado para primeros de abril.

La Administración Carter difícilmente podrá permaneces con los brazos cruzados en un momento de clima electoral en Estados Unidos, con elecciones primarias en varios Estados de la Unión, cuyos resultados serán claves para el nombramiento en las convenciones nacionales de este verano de los candidatos demócrata y republicano a la presidencia.

Carter espera nuevas victorias en las elecciones celebradas ayer en los Estados de Florida, Georgia y Alabama, pero deberá mostrar que continúa teniendo la iniciativa en política exterior, polarizada por la crisis con Irán, si quiere mantener su ventaja frente al senador Edward Kennedy en las primarias del próximo día 18 en el Estado industrial de Illinois.

En la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, el tono es menos pesimista que en la Casa Blanca. Kurt Waldheim, secretario general de la ONU, afirmó que esperaba una rápida vuelta de la comisión internacional a Teherán, «después de, aclarar una serie de puntos». También en Nueva York un diario local anunció la posible vuelta del ex sha, exiliado actualmente en Panamá, a Estados Unidos, para seguir nuevos tratamientos médicos, noticia que desmintió rápidamente el Departamento de Estado.

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No en vano la figura del ex sha de Irán continúa ocupando la parte central del litigio entre Washington y Teherán, ante la insistencia de los estudiantes islámicos revolucionarios de una extradición del ex emperador para ser juzgado por las prácticas dictatoriales de su régimen.

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