"Memorias de Leticia Valle", una película autogestionada

Esta semana se ha estrenado la película Memorias de Leticia Valle, segundo largometraje de Miguel Angel Rivas. La película, basada en una novela de Rosa Chacel, se ha financiado en régimen de autogestión, fórmula cada vez más frecuente en la cinematografía española. Sobre la película y sus problemas de financiación opina Miguel Angel Rivas.

«Memorias de Leticia Valle es una adaptación de la obra del mismo título de Rosa Chacel, vivo exponente de la generación del 27.»«Curiosamente, el proyecto comienza como si se tratase de un encargo. Empresas potentes, multinacionales al fin y ...

Esta semana se ha estrenado la película Memorias de Leticia Valle, segundo largometraje de Miguel Angel Rivas. La película, basada en una novela de Rosa Chacel, se ha financiado en régimen de autogestión, fórmula cada vez más frecuente en la cinematografía española. Sobre la película y sus problemas de financiación opina Miguel Angel Rivas.

«Memorias de Leticia Valle es una adaptación de la obra del mismo título de Rosa Chacel, vivo exponente de la generación del 27.»«Curiosamente, el proyecto comienza como si se tratase de un encargo. Empresas potentes, multinacionales al fin y al cabo, deciden producirla. Pero, a la vista de las dificultades de adaptación y fundamentalmente considerando a priori la escasa comercialidad del asunto, optan por la vía de aconsejarnos incidir en los cánones habituales del mal gusto, de la falta de respeto y más que nada de la falta de honestidad. Sin considerar que todavía mucha gente nos queremos plantear con mucha seriedad nuestro trabajo. Lógicamente, las negociaciones se quiebran y comienza una larga andadura: dos. años y nueve versiones del guión realizado hoja por hoja entre la propia autora, Rosa Chacel, y los guionistas, Maribel Alonso y Alberto Porlan. Y se consigue arrancar el proyecto gracias a la colaboración de muchas personas que, al margen de la palabra rentabilidad, consideran de Leticia Valle algo digno donde concentrar no sólo su esfuerzo personal, sino también sus propias pesetas. Y en régimen de autogestión se comienza la preparación de la película. En definitiva, la propiedad de la película está repartida entre dieciséis personas, que desde un 0,24% hasta un 30% colaboran en la financiación.»

«Memorias de Leticia Valle es un ejercicio cinematográfico muy personal, por supuesto, pero donde mucha gente ha podido trabajar muy a gusto desarrollando sus ideas con libertad de criterios y con medios para ello.»

«Había que hablar de la fotografía de Carlos Suárez, del montaje de Eduardo Biurrum, la música de Alberto Bourbon, la ambientación de Pedro Carvajal, la producción de Manolo Manchón, etcétera, y de muchos compañeros que han creído en mí y en Leticia Valle.»

«A la vista del trabajo realizado, y con objetividad, nos sentimos orgullosos de la película.»

«En definitiva, nuestro mayor orgullo es el poder decir a todos los compañeros que sufren con nosotros el desarrollo actual de la cinematografía española que es posible arrancar un proyecto si se lucha por él. Y que, aunque cunde el desánimo, hay que seguir trabajando, luchando, para poder demostrar al espectador y a la propia industria que el cine tiene mil caminos por recorrer y que no s puede uno quedar quieto, aceptando las normas establecidas porque el cine siempre será movimiento, actividad y ensoñación.»

«Si 1979 será para la historia del cine español un año gris, escaso de producción y año conflictivo, para nosotros será una respuesta al miedo de producción. Ahí está nuestra película. ¡Ojalá que dentro de poco tiempo muchos cineastas puedan sentir la satisfacción que ahora intento explicar.»

«Demos nuestra propia verdad y sin miedo. Todavía nos queda mucho tiempo para corregir errores, para seguir aprendiendo, para seguir viviendo el cine.»