Washington puede aplazar su petición de sanciones contra Irán

Los quince países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas continuaban anoche manteniendo consultas privadas e informales sobre la crisis de Irán, sin que hubiese programada todavía una sesión pública, y entre crecientes rumores de que el secretario general de la ONU. Kurt Waldheim, podría viajar en los próximos días a Teherán para negociar la liberación de los rehenes norteamericanos y poner fin de forma pacífica a la crisis.

El New York Times informó ayer de un brusco cambio en la postura le Estados Unidos, que habría optado por aplazar su petición de sancio...

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Los quince países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas continuaban anoche manteniendo consultas privadas e informales sobre la crisis de Irán, sin que hubiese programada todavía una sesión pública, y entre crecientes rumores de que el secretario general de la ONU. Kurt Waldheim, podría viajar en los próximos días a Teherán para negociar la liberación de los rehenes norteamericanos y poner fin de forma pacífica a la crisis.

El New York Times informó ayer de un brusco cambio en la postura le Estados Unidos, que habría optado por aplazar su petición de sanciones económicas contra Irán y favorecería ahora un plan, en dos, ases, de más fácil aprobación por el Consejo de Seguridad. La primera parte sería enviar a Waldheim a Irán, con la advertencia de que si el secretario general fracasa en su misión entrará en funcionamiento a segunda parte del plan, consistente en un embargo económico contra Irán conforme al artículo 41 de la carta de la ONU.

El secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, mantuvo ayer por la mañana una entrevista de hora y media de duración con Kurt Waldheim. Al abandonar el edificio de las Naciones Unidas, Vance se negó a comentar la información del Times y dijo que los proyectos de resolución estaban discutiéndose en las consultas privadas y que la postura oficial de Washington será hecha pública cuando se celebre la reunión oficial y, abierta del Consejo de Seguridad, lo que podría ocurrir en la madrugada del domingo, hora de Madrid.

Por su parte, el portavoz de las Naciones Unidas, François Giuliani. indicó que el secretario general se ha mostrado dispuesto a viajar a Teherán desde el principio de la cri isis, siempre que su visita sea aceptada por las autoridades iraníes y aparezca como «productiva» para resolverla. Waldheim está en contacto permanente con embajador de la República islámica en la ONU y de un enviado del secretario general en Teherán, señaló el portavoz.

El cambio en la posición norteamericana, de confirmarse totalmente, estaría motivado por la dificultad existente para conseguir una mayoría de votos favorables a una resolución que imponga sanciones económicas contra Irán. Los países del Tercer Mundo se han declarado reacios a este tipo de medidas, y dos naciones musulmanas presentes en el Consejo de Seguridad, Kuwait y Bangladesh, buscan desde hace varios días un proyecto de resolución menos drástico.

Pero además Estados Unidos tendría grandes dificultades en conseguir que se aprobaran las sanciones antes del lunes a las doce de la noche. A partir del 1 de enero de 1980 cambian cinco de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y uno de estos puestos está aún sin ocupar, tras las numerosas e inútiles votaciones de la Asamblea General para elegir entre Cuba y Colombia. Todas estas circunstancias, junto a la necesidad de una acción inmediata (como puede ser el viaje de Waldheim a Irán), parecen haber jugado a favor del cambio de posición de Estados Unidos, aunque éste no se había confirmado anoche.

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Como es habitual en este tipo de convocatorias urgentes del Consejo de Seguridad de la ONU, todas las negociaciones tienen lugar entre bastidores y cuando se llega a la sesión pública prácticamente se ha alcanzado ya un consenso.

La única fórmula que aparecía como viable para conseguir la aprobación de una resolución sobre Irán era un compromiso entre las peticiones norteamericanas y el recelo de los países del Tercer Mundo a este tipo de acciones. La petición al secretario general de que viaje a Teherán para intentar una resolución pacífica de la crisis, junto con la «advertencia» de que si en diez o quince días no ha tenido éxito se impondrán sanciones económicas a Irán, parecía anoche la posibilidad más factible.

Kurt Waldheim ha dejado bien clara su postura de que si va a Irán es porque ve una oportunidad de conseguir resultados concretos, y es de suponer que exigirá un mínimo de garantías a los revolucionarios islámicos antes de su viaje.

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