El Estatuto gallego

Después de haber leído ciertas parrafadas que sus editoriales dedican a Galicia (de su opinión sobre el Estatuto de «Autonosuya» prefiero no hablar); después de haber leído tanto y tantos insultos con los que su periódico prodiga cada vez que el editorial trata de nuestra nación (sí, señores de EL PAIS, me refiero a esa zona del noroeste peninsular que ustedes llaman «región»); después de ver constantemente una información que nos ignora, excepto en los desprecios, claro está, debido a que no nos gustan las metralletas y la sangre; después de que el editorial del viernes 23 de noviembre haya ...

Después de haber leído ciertas parrafadas que sus editoriales dedican a Galicia (de su opinión sobre el Estatuto de «Autonosuya» prefiero no hablar); después de haber leído tanto y tantos insultos con los que su periódico prodiga cada vez que el editorial trata de nuestra nación (sí, señores de EL PAIS, me refiero a esa zona del noroeste peninsular que ustedes llaman «región»); después de ver constantemente una información que nos ignora, excepto en los desprecios, claro está, debido a que no nos gustan las metralletas y la sangre; después de que el editorial del viernes 23 de noviembre haya colmado el vaso de mi paciencia, les escribo para rogarles únicamente una cosa:Que nos olviden, tanto a nuestra nación como a nuestro pueblo. Que nos excluyan de las páginas de su diario, pues cada vez que un gallego que conozca mínimamente los problemas de su tierra (y entre los 300.000 que estamos emigrados en Madrid debe haber más que unos cuantos) lee su opinión sobre los derechos y la situación de Galicia, se le cae el periódico de las manos de pula indignación.

Repito: prefiero que se nos ignore del todo a leer continuamente escritos dignos de la prensa más reaccionaria.

Olvídennos.