Cambios políticos en Irán

«Los partidos de izquierda, que en el verano fueron lanzados a la clandestinidad, emergen para apoyar la campaña antúmperialista, mientras que el partido prosoviético Tudeh, parece recoger una recompensa por su continuo apoyo a la política del imán. Sus líderes mantiene contactos ahora regularmente con los miembros del Consejo de la Revolución. ( ... )La Unión Soviética misma, y el régimen títere de Afganistán ya no son criticados por los medios de comunicación iraníes. ( ... ) El presidente Carter debe lamentar su decisión de admitir al sha en Estados Unidos; aceptado por razones humanitarias...

«Los partidos de izquierda, que en el verano fueron lanzados a la clandestinidad, emergen para apoyar la campaña antúmperialista, mientras que el partido prosoviético Tudeh, parece recoger una recompensa por su continuo apoyo a la política del imán. Sus líderes mantiene contactos ahora regularmente con los miembros del Consejo de la Revolución. ( ... )La Unión Soviética misma, y el régimen títere de Afganistán ya no son criticados por los medios de comunicación iraníes. ( ... ) El presidente Carter debe lamentar su decisión de admitir al sha en Estados Unidos; aceptado por razones humanitarias o políticas, o por ambas a la vez. Esta acción aislada, aparentemente insignificante en sí misma, ha permitido a los radicales religiosos y laicos dominar Irán y situar a la revolución en un curso izquierdista y violentamente antiamericano. (...)

Y resulta irónico que el hombre que intenta, salvar a los rehenes dentro de los actuales líderes de Irán, es el más antiamericano de todos ellos, Bani Sadr, a quien se le ha confiado no sólo el Ministerio de Asuntos Exteriores, sino también todos los ministerios económicos. Sadr vivió treinta años en París, donde estudió economía, absorbió las teorías marxistas francesas.(...)

Su objetivo es obtener en apoyo del resto del mundo en su lucha épica contra el imperialismo americano, y es bastante lúcido para comprender que la retención de los rehenes, americanos en la embajada no ayuda a realizar sus fines políticos. Trata de desplazar el conflicto a otros temas más importantes: el petróleo, los precios internacionales, las deudas del sha y los bienes de Irán en los bancos extranjeros. ( ... )»

Londres, 24 de noviembre