Crítica:CINE

El ángel azul

Al igual que el profesor Inmanuel Rath -Emil Jannings- termina cacareando enloquecido por la cantante Lola-Lola -Marlene Dietrich-, al final de El angel azul (Josef von Stemberg, 1930), como recuerda en un determinado momento el protagonista de Primo amore, aquí el actor Ugo Cremonese -Ugo Tognazzi- finaliza lo mismo al ser engañado por la criada Renata -Ornella Muti- La comparación no puede ir mucho más lejos en cuanto la carga misógina de Primo amore es mínima, no cuenta la destrucción de un hombre por una mujer mucho másjoven que él, sino que relata la última aventura s...

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Al igual que el profesor Inmanuel Rath -Emil Jannings- termina cacareando enloquecido por la cantante Lola-Lola -Marlene Dietrich-, al final de El angel azul (Josef von Stemberg, 1930), como recuerda en un determinado momento el protagonista de Primo amore, aquí el actor Ugo Cremonese -Ugo Tognazzi- finaliza lo mismo al ser engañado por la criada Renata -Ornella Muti- La comparación no puede ir mucho más lejos en cuanto la carga misógina de Primo amore es mínima, no cuenta la destrucción de un hombre por una mujer mucho másjoven que él, sino que relata la última aventura sentimental de un viejo cómico.Está dividida en dos partes claramente diferenciadas. La primera, situada en una decadente residencia para actores jubilados en la que pasa una temporada el protagonista, mientras espera que le paguen los atrasos de su pensión, y donde conoce a una atractiva criada a la que fascina con el mundo del espectáculo y consigue que se vaya de allí con él. Y la segunda, en una Roma de lujosos hoteles, donde derrochasu dinero y trata inútilmente de montar un espectáculo de varietés basado en el atractivo de su chica, y de conseguir trabajo en un canal privado de televisión. Mientras la primera es una pequeña obra maestra del humor negro, con la creación de un ambiente perfecto en la residencia para actores, sus pequeñas actuaciones, sus diversiones particulares, la presencia constante de la muerte y el comienzo de la relación entre el viejo y la joven. La segunda, demasiado apresurada mal estructurada, con una aglomeración de elementos ajenos nunca llega a desarrollar plenamente la situación.

La chica del atardecer (Primo amore)

Director: Dino Risi. Guión: Ruggero Maccari, Dino Risi. Fotografia: Tonino delli Colli. Música: Riz Ortolani. Intérpretes: Ugo Tognazzi, Ornella Muti. Italia, 1978. Locales de estreno: California, Juan de Austria, Progreso.

No obstante, se trata de una de las mejores comedias de Dino Risi, uno de los grandes especialistas italianos del género, que cuenta con una larga carrera a sus espaldas, que empieza en 1949 y en la que sobresalen Una vida dificil (1961), La escapada (1962). Perfume de mujer (1974) y algunos de los sketchs de ¡Que viva Italia! (1977). El exceso de alabanzas que le dedica lo mejor de la crítica francesa desde mediados de los años setenta, en parte debido a que la caída del cine francés le hace fijarse en el italiano, lleva a Risi a abandonar su terreno habitual y a hacer algunas películas pretendidamente trascendentales, en coproducción con Francia, en las que ha demostrado que no pisa terreno firme.

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