Los partidos que apoyan el Estatuto diversifican sus argumentos

A medida que se acerca la fecha del referéndum, los distintos partidos que apoyan el Estatuto vasco han ido diferenciando sus argumentos, subrayando aquellos aspectos a que, en principio, más sensibles serían sus seguidores respectivos. Tal fue al menos la tónica de buen número de los actos pro Estatuto celebrados durante el último fin de semana en Euskadi.

Mario Onaindía comenzó su intervención en un mitin celebrado en Baracaldo aclarando que, «del mismo modo que las razones por las que Herri Batasuna rechaza el Estatuto no son las mismas que las de Alianza Popular o Fuerza Nueva, Eusk...

A medida que se acerca la fecha del referéndum, los distintos partidos que apoyan el Estatuto vasco han ido diferenciando sus argumentos, subrayando aquellos aspectos a que, en principio, más sensibles serían sus seguidores respectivos. Tal fue al menos la tónica de buen número de los actos pro Estatuto celebrados durante el último fin de semana en Euskadi.

Mario Onaindía comenzó su intervención en un mitin celebrado en Baracaldo aclarando que, «del mismo modo que las razones por las que Herri Batasuna rechaza el Estatuto no son las mismas que las de Alianza Popular o Fuerza Nueva, Euskadiko Ezkerra lo apoya por distintos motivos que el PNV o PSOE».Así, entre los motivos citados por Santiago Carrillo -que presidió ante 5.000 personas un mitin comunista en el Pabellón de Deportes de Bilbao- figuró el de que «el día en que en esta España el poder no esté sólo en Madrid, nadie podrá decapitar la democracia con un solo golpe ». En un acto unitario celebrado horas después en el frontón Anoeta, de San Sebastián, el líder comunista vasco Roberto Lertxuridi recordó al PNV que entre los votantes nacionalistas «hay trabajadores como nosotros», por lo que pedía a la primera fuerza electoral de Euskadi «que no caiga en la tentación de olvidar a esos trabajadores, forjando el país desde una posición de monopolio y con un contenido burgués».

Respondiendo de alguna manera. a esta insinuación, Carlos Garaikoetxea, que cerró el mitin de Anoeta - 12.000 asistentes-, aludió al desarrollo del Estatuto desde una perspectiva de progreso, haciendo compatible «una sociedad más libre con una mayorjusticia».

El presidente del CGV había comenzado su intervención restando su condición de «navarro y, por tanto, vasco hasta el fondo de mi alma». Iñaki Anasagasti, de la ejecutiva del PNV, había respondido -en un mitin celebrado por la mañana en Baracaldo- al eslogan irónico de Herri Batasuna, según el cual «hay que hacer como los navarros Irujo y Garaikoetxea», dijo Anasagasti, «no podrá votar eljueves porque es navarro. Pero ese navarro será dentro de unos meses el tercer presidente en la historia de Euskadi».

El socialista Txiki Benegas se dirigió a «los compañeros de Herri Batasuna», a quienes emplazó a pronunciarse claramente sobre si «van o no a respetar la voluntad mayoritaria del pueblo expresada en las urnas el día 25. Herri Batasuna», aseguró Benegas, «ha llegado tarde, y si hoy carece de alternativa al Estatuto de Guernica es porque esta es la única alternativa posible hoy».

También Garaikoetxea se refirió a la coalición abertzale y a su proyecto de asamblea popular, la cual, dijo, «por más que sumen concejales, junteros, partidos y todo tipo de asociaciones, no representará más del 15% o el 18% de la población». Las alusiones a Herri Batasuna se concretaron a menudo, por otra parte, en críticas a la figura de Telesforo Monzón, a quien Carrillo denominó «el ayatollah vasco», asegurando que una Euskadi dirigida por Herri Batasuna no sería muy distinta de Irán.

Iñaki Martínez, de Euskadiko Ezkerra, exhibió al comienzo de su intervención en Sestao el dibujo que durante la campaña en torno al proceso de Els Joglars presidió las manifestaciones por la libertad de expresión. «Me pregunto», dijo, mostrando la careta amordazada al público, «si tendremos que volver a utilizar este símbolo, pero no ya contra el franquismo y sus secuelas, sino contra Herri Batasuna». Iñaki Martínez se refirió a continuación a los intentos de reventar sus actos, protagonizados por la coalición rival.