Catorce muertos al estrellarse un DC-8 de la Swissair en el aeropuerto de Atenas

Catorce muertos y veinte heridos, de un total de 142 pasajeros y diez miembros de la tripulación, es el saldo trágico de la escala, en Atenas, el domingo, a las 21.15 horas, del DC-8 de la compañía helvética Swissair, que cumplía el itinerario regular Zurich-Ginebra-Atenas-Bombay-Pekin. Ejecutivos de la compañía declararon ayer que la investigación sobre el accidente fue confiada a las autoridades griegas de aeronavegación.

, Según indicaron en rueda de prensa responsables de la Swissair, la maniobra y el procedimiento del aterrizaje fueron normales, hasta el instante en que el pilo...

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Catorce muertos y veinte heridos, de un total de 142 pasajeros y diez miembros de la tripulación, es el saldo trágico de la escala, en Atenas, el domingo, a las 21.15 horas, del DC-8 de la compañía helvética Swissair, que cumplía el itinerario regular Zurich-Ginebra-Atenas-Bombay-Pekin. Ejecutivos de la compañía declararon ayer que la investigación sobre el accidente fue confiada a las autoridades griegas de aeronavegación.

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, Según indicaron en rueda de prensa responsables de la Swissair, la maniobra y el procedimiento del aterrizaje fueron normales, hasta el instante en que el piloto hizo uso del mecanismo de los frenos y aerofrenos, que no respondieron a los comandos. El DC-8 se salió en doscientos metros de la pista de aterrizaje -según la misma fuente-, y en ese lapso comenzó el incendio, que destruyó prácticamente el avión.Sobre el aeropuerto de Atenas, se informó, había fuertes vientos irregulares, lluvia y, en general, malas condiciones meteorológicas. La pista misma de aterrizaje, se ha dicho, estaba inundada, con algo de arena y polvo. Todos estos elementos habrían hecho que el avión resbalara, lo que no explica el fallo de los frenos del DC-8 que durante el presente año había sido sometido a varios controles técnicos, el último hacía menos de 72 horas, se afirmó.

En relación a ciertos rumores que circularon en el día de ayer, en el sentido de que el incendio se habría producido por la presencia de materias radiactivas, la Swissair indicó que, efectivamente, transportaba tres paquetes de medicamentos «débilmente radiactivos», que no constituyen peligro de radiaciones.

Por otra parte, diez pasajeros del avión, que llegaron ayer a Ginebra, confirmaron que la pista estaba «muy húmeda», pero adelantaron, asimismo, un nuevo elemento que también tendrá que ser objeto de investigaciones, y es que algunas puertas de «socorro» no pudieron ser abiertas por los pasajeros una vez que se declaró el incendio.

Los ejecutivos de la compañía suiza de aviación hicieron ver durante la rueda de prensa que un accidente «parecido» había sufrido un Boeing-747 de una compañía charter en 1975, en la misma pista del aeropuerto de Atenas.

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Entre las víctimas fatales del accidente del domingo se cuentan tres suizos, cinco alemanes, tres franceses, un inglés, un sueco y un belga, y entre los pasajeros supervivientes, médicos de diversas nacionalidades que se dirigían a Pekín a un congreso científico.

Por noticias recibidas en Ginebra, en Atenas las apreciaciones de los pasajeros estuvieron divididas en cuanto a la prontitud con que acudieron los bomberos del aeropuerto a combatir el siniestro. Entre los heridos, seis fueron hospitalizados en establecimientos de la capital de Grecia, mientras otros, levemente heridos, siguieron viaje a Bombay y Pekín.

Finalmente, en horas de la tarde de ayer, se habló del testimonio de pilotos de otros aviones que aterrizaron ayer, en la misma pista, la número quince del aeropuerto de Atenas, y que hicieron ver las dificultades a que se vieron enfrentados por las «condiciones de la pista».

Radiactividad nula

Inmediatamente después de producirse el accidente cundió cierto pánico en el aeropuerto, cuando fuentes de la policía griega presentes afirmaron que entre los restos del avión había un elevado escape de isótopos radiactivos.

Científicos del centro Demócritos, de investigaciones radiactivas de la capital helena, se trasladaron al aeropuerto para recoger muestras de los restos del aparato y analizar el índice de contaminación.

Pocas horas después, la propia policía griega apaciguaba los ánimos, coincidiendo con la versión dada por los técnicos de la compañía Swissair sobre el riesgo nulo de radiactividad de los materiales transportados, a los cuales imputó en principio la policía helena las causas del incendio del aparato. Los responsables de la compañía afirmaron que estos productos médicos «no habrían sido transportados en un avión comercial si existiese peligro de radiactividad».

Dentro de la trágica historia del accidente de anteayer en el aeropuerto de Atenas, hay que señalar la anécdota de que toda la tripulación del DC-8 resultó ilesa.

El comandante del vuelo informó a los periodistas de que no podía explicar claramente lo que había sucedido. «Todo transcurría normal en el aterrizaje», afirmó, «pero el accidente sobrevino en cuestión de pocos segundos.» «No pude mantener el avión en la pista de aterrizaje», declaró», «resbaló y no respondió a los frenos; puedo decir que el aparato no estaba averiado. El accidente fue provocado por las condiciones de la pista.»

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