Crítica:CINE/

Un Wajda menor

«Su marco (de esta narración) pertenece a esa parte de los mares del Lejano Oriente de la que he extraído, durante mi vida de escritor, la mayor parte de mis asuntos. El solo hecho de confesar que pensé durante largo tiempo en este relato bajo el título El primer mando, indicará ya al lector que se refiere a una experiencia personal.» Así escribe el polaco Joseph Conrad (1857-1924) en la introducción a su novela La línea de sombra, dedicada a «Boris y a todos los que, como él, atravesaron en la adolescencia la línea de sombra de su generación, con amor».En esta narración, escrita...

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«Su marco (de esta narración) pertenece a esa parte de los mares del Lejano Oriente de la que he extraído, durante mi vida de escritor, la mayor parte de mis asuntos. El solo hecho de confesar que pensé durante largo tiempo en este relato bajo el título El primer mando, indicará ya al lector que se refiere a una experiencia personal.» Así escribe el polaco Joseph Conrad (1857-1924) en la introducción a su novela La línea de sombra, dedicada a «Boris y a todos los que, como él, atravesaron en la adolescencia la línea de sombra de su generación, con amor».En esta narración, escrita durante el último trimestre de 1916, Conrad cuenta sus primeras experiencias como marino, al mando del velero Otago, en una travesía entre Bangkok y Australia. Sesenta años después, el más conocido de los directores polacos, Andrzej Wajda, elige esta novela de su compatriota y conocido escritor anglosajón para hacer su segunda película en inglés, tras la desafortunada experiencia de The gates of paradise (1967).

La línea de sombra (The shadow line)

Director: Andrzej Wajda. Intérpretes: Marek Kondrat, Graham Lines, Ton Wilkinson. Polonia-Inglaterra. 1976. Local de estreno: Pequeño Cinestudio.

«La línea de sombra es muy tradicional», dice Wajda; «no tiene las complicaciones narrativas que se encuentran en otras novelas de Conrad. Es simple, está contada por orden cronológico, suceso por suceso. Parece fácil de adaptar, pero es difícil. Hay que tener la certeza de que todos los pequeños detalles, las situaciones anodinas, las palabras, a primera vista sin importancia, tengan la misma dimensión espiritual y los mismos significados que en la novela. Toda la historia se desarrolla en un velero auténtico. He trabajado con actores y marinos ingleses y he tratado de recrear la atmósfera de un crucero. El protagonista es el actor polaco Marek Kondrat, que habla inglés con acento, como Conrad. La línea de sombra es la juventud de Conrad, aunque la escribió cuando era viejo. Su hijo Boris estaba en la guerra y es a él, Boris Conrad, a quien dedica su libro sobre el paso a la edad adulta. Siempre se dice que el argumento de la novela es el paso de esta línea de sombra, línea que separa la adolescencia soleada de la sombría edad madura. Para mí, este paso cuenta esencialmente en términos de responsabilidad, de toma de responsabilidad. Conrad reduce todo dilema moral y existencial de sus personajes a problemas de senfido de la responsabilidad. Porque la línea de sombra es la descripción del momento, terrible y maravilloso a la vez, en que es necesario tomar decisiones de las que depende la vida de otros.»

En un momento en que Alien (Ridley Scott, 1975) tiene una clara influencia de Conrad y una estructura muy similar a la de esta novela; en que Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) resulta ser una adaptación de El corazón de las tinieblas, de Conrad, el estreno de esta adaptación de Wajda de una de las obras más conocidas del gran escritor polaco resulta especialmente oportuno. Aunque el particular homenaje, el pequeño ejercicio de estilo rodado en inglés, que Wajda dedica a uno de los grandes escritores anglosajones, resulta excesivamente fiel al espíritu y la letra del original. En contra de la unaginacion desarrollada por los norteamericanos, Wajda tiene demasiado respeto al original, y su trabajo, evidentemente, posee un menor alcance. No obstante, se trata de una obra de sumo interés, hecha por uno de los más importantes realizadores socialistas.

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