CANARIAS

Fallece un alemán en Las Palmas por falta de asistencia sanitaria

La negligencia, la burocracia y la falta de camas acabaron con la vida del súbdito alemán señor Siebert un turista que vino a Canarias en busca de sol y las rubias arenas de Maspalomas, pero que, sin embargo, un fuerte dolor en la pierna le condujo a una odisea por diferentes clínicas de la capital, hasta que falleció en una de ellas sin apenas asistencia médica.Todo comenzó el pasado sábado, cuando cayó enfermo en horas de la tarde en la playa del Inglés y fue conducido al pequeño centro sanitario de San Agustín, donde la doctora de turno, le apreció una inflamación en la pierna izquierda...

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La negligencia, la burocracia y la falta de camas acabaron con la vida del súbdito alemán señor Siebert un turista que vino a Canarias en busca de sol y las rubias arenas de Maspalomas, pero que, sin embargo, un fuerte dolor en la pierna le condujo a una odisea por diferentes clínicas de la capital, hasta que falleció en una de ellas sin apenas asistencia médica.Todo comenzó el pasado sábado, cuando cayó enfermo en horas de la tarde en la playa del Inglés y fue conducido al pequeño centro sanitario de San Agustín, donde la doctora de turno, le apreció una inflamación en la pierna izquierda con infección venosa. El enfermo tenía mucha fiebre y consideró oportuna la necesidad de que fuera internado en un centro hospitalario. Una ambulancia hace el recorrido playa del Inglés-Las Palmas, de unos 55 kilómetros, y comienza entonces la odisea.

El enfermo es trasladado, en primer lugar, a la residencia de la Seguridad Social debido al convenio que en materia sanitaria existe entre España y la República Federal de Alemania. Allí los facultativos de turno le observan someramente, según manifestó una hermana del fallecido, enviándole a otra clínica porque «allí no había camas disponibles en ese momento». Según nos dijeron, en esta residencia la falta de camas es problema que ocurre diariamente y los enfermos son enviados a clínicas privadas que mantienen régimen de contratos con la Seguridad Social.

Llegan a la primera clínica privada y hay dificultades burocráticas. La hermana del fallecido, que habla sólo inglés y alemán, ya está indignada y pide al chófer de la ambulancia que le lleve a otra clínica. A la una de la madrugada del domingo la clínica Santa Catalina está dispuesta a que ingrese este súbdito alemán, pero dado lo avanzado de la hora no es observado con la profundidad que requería su enfermedad.

Después de estar internado todo el domingo, es auscultado por primera vez el lunes siguiente, a las once horas. El paciente falleció el mismo día, a las 18.00 horas, debido a este fuerte dolor en la pierna.

El cónsul alemán en Las Palmas, Hermann S. Schufer, ha manifestado a este periódico su indignación por lo ocurrido con este súbdito alemán, añadiendo que él oficialmente nada puede hacer y sólo puede manifestar su repulsa.

Por otro lado, la doctora Meneses, primera que le atendió aún en Maspalomas, nos dijo que, aunque es imposible conocer a la perfección la evolución de su enfermedad, si hubiera sido atendido en la misma tarde del sábado con los medios hospitalarios precisos, posiblemente no hubiera fallecido.

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