Creciente clima de agitación laboral en Colombia

El acuartelamiento preventivo del Ejército y la policía colombianos es el resultado inmediato del creciente clima de agitación laboral que vive dicho país, sacudido por una aguda crisis económica. Soldados fuertemente armados patrullan las calles de las principales ciudades, y las universidades han sido cerradas, para evitar que los estudiantes se sumen a los disturbios.

En opinión del Gobierno, la situación actual forma parte de un «plan subversivo preconcebido» para alterar la paz ciudadana. Hace algunas semanas, la policía informó que había descubierto un plan auspiciado por orga...

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El acuartelamiento preventivo del Ejército y la policía colombianos es el resultado inmediato del creciente clima de agitación laboral que vive dicho país, sacudido por una aguda crisis económica. Soldados fuertemente armados patrullan las calles de las principales ciudades, y las universidades han sido cerradas, para evitar que los estudiantes se sumen a los disturbios.

En opinión del Gobierno, la situación actual forma parte de un «plan subversivo preconcebido» para alterar la paz ciudadana. Hace algunas semanas, la policía informó que había descubierto un plan auspiciado por organizaciones políticas de izquierda y sindicatos que preveía una serie escalonada de conflictos laborales y protestas por la carestía de la vida, que debería culminar el próximo día 14 en una gran manifestación popular en Bogotá.

En dicha fecha se cumplen dos años de la sangrienta «jornada nacional de protesta», que estuvo a punto de costarle la presidencia de la República al entonces jefe del Estado colombiano, Alfonso López Michelsen. En aquella ocasión, miles de trabajadores tomaron las calles de la capital, reivindicando mejores salarios y como protesta por el aumento del precio de los transportes. El Ejército reprimió duramente a los manifestantes, y por lo menos veinte civiles resultaron muertos por los disparos de los soldados.

Las organizaciones sindicales pretenden, en efecto, conmemorar aquella trágica jornada. El propio ministro de defensa, general Luis Camacho, ha advertido que las fuerzas armadas no permitirán ningún tipo de manifestación, desfile o concentración masiva, y recordado que está vigente el estado de sitio.

Mientras tanto, continúa la huelga de empleados del Ministerio de Hacienda, ordenada por la Federación Nacional de Trabajadores al Servicio del Estado, que amenaza con extenderse a otros servicios del Estado.

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