Moscú desmiente su implicación en el conflicto kurdo

La Unión Soviética, en la forma de nota autorizada de la agencia Tass, es decir, en el límite de la protesta oficial, refuta categóricamente hoy las declaraciones de figuras y medios periodísticos de influencia del Irán sobre una cierta implicación de la URSS en los acontecimientos del Kurdistán, fórmula empleada para referirse a la rebelión kurda.La nota de Tass se indigna de que el diario Jayan International llegara al punto de alegar que aviones soviéticos realizaron vuelos nocturnos sobre el Kurdistán arrojando armas y equipos para los rebeldes.

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La Unión Soviética, en la forma de nota autorizada de la agencia Tass, es decir, en el límite de la protesta oficial, refuta categóricamente hoy las declaraciones de figuras y medios periodísticos de influencia del Irán sobre una cierta implicación de la URSS en los acontecimientos del Kurdistán, fórmula empleada para referirse a la rebelión kurda.La nota de Tass se indigna de que el diario Jayan International llegara al punto de alegar que aviones soviéticos realizaron vuelos nocturnos sobre el Kurdistán arrojando armas y equipos para los rebeldes.

En opinión de los analistas, en Moscú, la nota autorizada de Tass refleja la creciente irritación del Kremlin ante el curso anticomunista y antisoviético adoptado por el régimen del ayatollah Jomeini. Los medios soviéticos, que inicialmente apoyaron de modo incondicional la revolución iraní, han mostrado la máxima prudencia para evitar choques con el régimen islámico de Teherán, llegando incluso a soslayar ataques directos.

El llamamiento del propio ayatollah Jomeini el 18 de agosto, incitando a las fuerzas armadas y funcionarios de Afganistán a seguir el ejemplo de sus hermanos de Irán y alzarse contra los «corruptores de esta tierra y enemigos de Alá» en Afganistán, hizo grave mella en Moscú.

La ofensiva general lanzada a continuación contra los grupos de izquierda en Irán, cerrando sus diarios y ocupando sus locales, en especial los del partido Tudeh, comunista de tendencia prosoviética, empezó a agotar la paciencia soviética.

Durante la rebelión kurda -que reabre en Irán viejas heridas, como el establecimiento de una efimera República Popular de Mahabad, de carácter procomunista al final de la Segunda Guerra Mundial y aplastada por el sha con ayuda norteamericana en 1946-, la información soviética siguió refrenándose e intentando mantener la objetividad. Pero ya el órgano oficial del PCUS, Pravda, de ayer insertaba, en sus noticias sobre la captura de Mahabad por las columnas militares iraníes, la nota crítica de un mensaje de los (dirigentes religiosos de la ciudad al ayatollah Jomeini, acusando a las autoridades de aniquilar a los kurdos.

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