Erotismo de laboratorio

Tanto Alain Robbe-Grillet como su compañera de filas de la denominada nueva novela francesa Marguerite Duras comenzaron su carrera cinematográfica escribiendo sendos guiones para Alain Resnais: El año pasado en Marienbad, el primero, e Hiroshima, mon amour, la segunda. Posteriomente, ambos pasaron a la realización, consiguiendo desarrollar sus carreras con bastante continuidad. Las experiencias de ambos, como las de su «maestro»: Resnais, se inscriben en lo que podríamos calificar como un intento de ruptura de los mecanismos tradicionales de narración y de creación de un c...

Tanto Alain Robbe-Grillet como su compañera de filas de la denominada nueva novela francesa Marguerite Duras comenzaron su carrera cinematográfica escribiendo sendos guiones para Alain Resnais: El año pasado en Marienbad, el primero, e Hiroshima, mon amour, la segunda. Posteriomente, ambos pasaron a la realización, consiguiendo desarrollar sus carreras con bastante continuidad. Las experiencias de ambos, como las de su «maestro»: Resnais, se inscriben en lo que podríamos calificar como un intento de ruptura de los mecanismos tradicionales de narración y de creación de un código nuevo. Sin embargo, resulta curioso comprobar que, entre todos los filmes de esta -o estas-tendencia, el más bello. continúa siendo El año pasado en Marienbad, y que sus continuadores no sólo no han logrado superarlo, sino que además, han multiplicado por ciento la frialdad que aquél ya poseíaDeslizamientos progresivos del placer es la primera película de Robbe-Grillet que se estrena comercialmente en España. Se trata de un sofisticado ejercicio que revela antes que nada al Robbe-Grillet erotómano, al autor de novelas eróticas con seudónimo, al especialista en sadomasoquismo. Si dijéramos que Deslizamientos... es una comedia de suspense -que lo es- despistaríamos al posible espectador haciéndole esperar algo en la línea de Con la muerte en los talones. Habría que aclarar en primer lugar qué entiende Robbe-Grillet por comedia y por suspense, ya que su humor está hibernado y su suspense reducido a un esqueleto matemático en una mesa de autopsias.