Carter justifica su política exterior

El presidente Carter, chistoso y en mangas de camisa, efectuó ayer un rápido viaje por los estados de Kentucky e Indiana, en el medio oeste de Estados Unidos, para justificar su política exterior, atacar de nuevo a las compañías petrolíferas y dar vida otra vez a su imagen populista. «No dejéis que nadie se interponga entre vosotros y yo. Os necesito», dijo Carter a sus conciudadanos, precisamente cuando su popularidad nacional alcanza el nivel más bajo en muchos meses.Cuando Carter, en el gimnasio del pueblo de Bardstown, trató temas de política internacional, dijo que no creía que ahora ...

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El presidente Carter, chistoso y en mangas de camisa, efectuó ayer un rápido viaje por los estados de Kentucky e Indiana, en el medio oeste de Estados Unidos, para justificar su política exterior, atacar de nuevo a las compañías petrolíferas y dar vida otra vez a su imagen populista. «No dejéis que nadie se interponga entre vosotros y yo. Os necesito», dijo Carter a sus conciudadanos, precisamente cuando su popularidad nacional alcanza el nivel más bajo en muchos meses.Cuando Carter, en el gimnasio del pueblo de Bardstown, trató temas de política internacional, dijo que no creía que ahora fuera el momento de que Norteamérica normalizara sus relaciones con Vietnam, mientras este país pone en el mar, y en condiciones inhumanas, a millares de refugiados.

«Estados Unidos, sin embargo, es suficientemente rico, suficientemente grande y suficientemente fuerte para absorber a los 220.000 refugiados que nos hemos comprometido a aceptar», dejó caer después el titular de la Casa Blanca, provocando las ovaciones de su público.

Carter, que abogó sorprendentemente por la vuelta a la inscripción de los jóvenes en registros para su ingreso en el servicio militar, defendió con calor el tratado SALT II, de limitación de armas estratégicas, y se ocupó también del tema del canal de Panamá.

«No me arrepiento de ninguna de mis decisiones al respecto. Es mejor tener amigos en Panamá, perdiendo la soberanía sobre la vía de agua, que conservar ésta y ganarse enemigos, y que Cuba y la Unión Soviética llegaran y convirtieran un Gobierno democrático en un régimen comunista.»

Jimmy Carter defendió durante su breve visita al medio oeste su proyecto de ley sobre los ingresos marginales de las empresas petrolíferas, con el que pretende que la Administración les cobre, en concepto de impuesto, los 143.000 millones de dólares necesarios para financiar el programa de «independencia norteamericana», a través de la fabricación de crudo sintético.

Desencadenada su ofensiva, un Carter al ataque anunció que no permitiría a ninguna de las dieciocho grandes petroleras norteamericanas que hicieran mal uso de sus ganancias, y que acababa de ordenar al Departamento de Justicia una investigación sobre hipotéticas violaciones de las leyes nacionales anti-trust y sobre su comportamiento en la reciente crisis de escasez de gasolina.

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Poderes para racionar la gasolina

La Cámara de Representantes aprobó el martes un texto, que había rechazado la semana pasada, por el que se conceden poderes especiales al presidente Carter para la elaboración de un plan de racionamiento de la gasolina.Por 234 votos contra 189, la Cámara votó una enmienda a la legislación, relativa al racionamiento del carburante.

La semana pasada, el Congreso había aprobado otra enmienda a esta legislación, que permitía a la Cámara vetar cualquier plan de racionamiento de gasolina, incluso antes de su aplicación.

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