Crítica:"HOLIDAY ON ICE"

Bombón helado

Esa noche la señora Pastor se adivinaba espléndida. Su hija tenía un vestido hecho del mismo tafetán que el de su madre. Por la ventana distinguieron el coupé del señor Zabala. Este subió al departamento; la sirvienta le dijo a la señora Pastor que el señor Zabala ya estaba allí esperando para ir al madrileño Palacio de los Deportes a contemplar el espectáculo de Holiday on Ice... (Se lo dijo tal cual, de carrerilla, como en una novela de Molina-Foix.)El cuento empieza ahora. Doce hombres y veinticuatro mujeres bailan sobre la pista helada, trazan círculos de luego a luego, salpi...

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Esa noche la señora Pastor se adivinaba espléndida. Su hija tenía un vestido hecho del mismo tafetán que el de su madre. Por la ventana distinguieron el coupé del señor Zabala. Este subió al departamento; la sirvienta le dijo a la señora Pastor que el señor Zabala ya estaba allí esperando para ir al madrileño Palacio de los Deportes a contemplar el espectáculo de Holiday on Ice... (Se lo dijo tal cual, de carrerilla, como en una novela de Molina-Foix.)El cuento empieza ahora. Doce hombres y veinticuatro mujeres bailan sobre la pista helada, trazan círculos de luego a luego, salpican con cariño a los espectadores, lucen flecos y coletas fieras, juegan como mialmas al corre - corre - que - te -pillo. Lo circular impera sobre lo más cuadrado; como en la vida misma, titi. El público se muestra generoso en aplausos cuando asoma la tenue pirueta o el falso patinazo; prolongación certera de la televisiva juventud que baila y del inevitable gag cinematográfico. Hay quien tiene tres. piernas: una, verde; otra azul, y otra, amarilla. Hay sombreros con lentejuelas, impermeables con lunares, animalitos saltarines, parejas melosas, seudoautómatas de llave inglesa, vestidos con bombillas (« mamá, yo quiero uno»), maracas, fuegos artificiales... Hay disparos que asustan y bromas que te empapan. Hay plumas, tules, argentinos. Hay, como debe ser, un grupo de abnegados y ufanos bailarines bajo la dirección del sonriente Ted Schuffle.

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