"Un autobús cuesta abajo y sin frenos"

Como «un autobús cuesta abajo y sin frenos» fue definida en octubre pasado la situación del Ayuntamiento de Bilbao, enfrentado entonces a una deuda superior a los 1.500 millones de pesetas. Por aquellos días, varios partidos de la oposición presionaban a la última Corporación franquista de la capital vizcaína para que dimitiera ya, dejando que una gestora provisional tomase el volante del autobús antes de que «se estrelle definitivamente».El nuevo alcalde, Jon Castañares, antiguo jefe de planificación de un banco, no es amigo de las metáforas. Con el lenguaje escueto de las cifras «y para que ...

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Como «un autobús cuesta abajo y sin frenos» fue definida en octubre pasado la situación del Ayuntamiento de Bilbao, enfrentado entonces a una deuda superior a los 1.500 millones de pesetas. Por aquellos días, varios partidos de la oposición presionaban a la última Corporación franquista de la capital vizcaína para que dimitiera ya, dejando que una gestora provisional tomase el volante del autobús antes de que «se estrelle definitivamente».El nuevo alcalde, Jon Castañares, antiguo jefe de planificación de un banco, no es amigo de las metáforas. Con el lenguaje escueto de las cifras «y para que el pueblo se entere» presentó la semana pasada un desolador informe sobre el estado de las arcas municipales. Los ingresos previstos para este año no llegan a los 3.000 millones, frente a unos gastos -«los mínimos imprescindibles», según el alcalde- que superarán los 5.300 millones de pesetas. Este déficit de casi 2.500 millones mantiene al Ayuntamiento «atado de pies y manos», ya que los ingresos previstos alcanzan apenas para el pago de las nóminas.

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