El presidente de Iberduero dice que Lemóniz seguirá adelante

Iberduero no piensa paralizar las obras de Lemóniz, y si alguien decide hacerlo, tendrá que asumir las responsabilidades que ello comporta. En estos términos se manifestó ayer el presidente de Iberduero, Pedro de Areitio, en una reunión mantenida con un grupo de informadores para comentar los resultados de la compañía que serán presentados a los accionistas en la próxima junta general.

El señor Areitio insistió y quiso dejar bien claro que no hay ningún proyecto de paralización de Lemóniz y reiteró que la puesta en funcionamiento de la central evitará que se produzcan restricciones eléc...

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Iberduero no piensa paralizar las obras de Lemóniz, y si alguien decide hacerlo, tendrá que asumir las responsabilidades que ello comporta. En estos términos se manifestó ayer el presidente de Iberduero, Pedro de Areitio, en una reunión mantenida con un grupo de informadores para comentar los resultados de la compañía que serán presentados a los accionistas en la próxima junta general.

El señor Areitio insistió y quiso dejar bien claro que no hay ningún proyecto de paralización de Lemóniz y reiteró que la puesta en funcionamiento de la central evitará que se produzcan restricciones eléctricas en el futuro en el área de influencia de la misma. «Si esas restricciones se producen, dijo el señor Areitio, nadie podrá achacamos falta de previsión.»Hasta estos momentos se han invertido en Lemóniz unos 70.000 millones de pesetas y quedan aún otros 40.000 millones como mínimo para poner en funcionamiento los dos grupos previstos de mil megavatios. El retraso en las obras es de dos años, pero pueden estar culminadas, según los cálculos de la empresa, en marzo de 1981, el primer grupo, y en julio de 1983, el segundo. La inversión en Lemóniz supone en estos momentos casi un 20% del patrimonio de Iberduero.

A lo largo de la reunión, el señor Areitio y sus colaboradores insistieron en la localización adecuada de la central de Lemóniz y en las garantías de seguridad de la misma dentro del nivel de riesgo que todo fenómeno industrializador y de progreso comporta. Comentaron que el accidente de Harrisburg no podría producirse en los mismos términos en Lemóniz, ya que los sistemas de seguridad previstos son muy superiores e impiden situaciones semejantes.

La argumentación básica de los directivos de Iberduero reside en el planteamiento de que únicamente las centrales nucleares pueden dar respuesta a la demanda en el inmediato futuro. Iberduero ha suministrado y suministra electricidad al País Vasco desde los saltos de agua del Duero y en el futuro tendrá que hacerlo, dijeron, desde centrales nucleares.

La evolución del pasado ejercicio fue calificada de favorable y permitirá repartir un dividendo similar al de otros ejercicios. La congelación de las tarifas ha sido compensada por el excelente año hidráulico, que ha limitado los costes de explotación. Más del 75% de la electricidad producida en el año fue de origen hidráulico. El mercado de Iberduero se concentra en las provincias vasco-navarras, dos tercios de la demanda. En otras quince provincias se reparte el tercio restante. El reparto del capital de Iberduero se hace entre 305.000 accionistas, de los cuales un 20% tienen el domicilio en Vizcaya.

Además de la central de Lemóniz, Iberduero tiene otro proyecto de un grupo de mil megavatios, a instalar en Sayago (Zamora), que está en estos momentos en fase de autorización previa y sobre el que no se ha pronunciado por ahora la Administración. En Sayago la empresa ha invertido en contratación de equipos unos 23.000 millones de pesetas.

Con respecto a la evolución actual del consumo de electricidad, el presidente de Iberduero puso de relieve que en su mercado el crecimiento medio es del orden del 5%, ligeramente inferior a la media nacional, pero que mientras los usos domésticos crecen un 10%, los industriales lo hacen en un 2,5%.

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