Crítica:CINE

Un comic ingenuo sólo en apariencia

Precedida de una campaña publicitaria que no conoce igual, nos ha llegado al fin la película más esperada de la temporada. Resulta casi imposible no ver Superman; a tal punto nuestra curiosidad ha sido alimentada. ¿Qué es Superman? Para empezar, dos películas. Sus dos horas y media de duración contienen dos bloques perfectamente diferenciados. La primera hora nos cuenta la historia y el origen de Superman, su infancia y adolescencia. La segunda parte se inicia cuando Superman viste por primera vez su Iegendario uniforme y constituye la aventura propiamente dicha. el...

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Precedida de una campaña publicitaria que no conoce igual, nos ha llegado al fin la película más esperada de la temporada. Resulta casi imposible no ver Superman; a tal punto nuestra curiosidad ha sido alimentada. ¿Qué es Superman? Para empezar, dos películas. Sus dos horas y media de duración contienen dos bloques perfectamente diferenciados. La primera hora nos cuenta la historia y el origen de Superman, su infancia y adolescencia. La segunda parte se inicia cuando Superman viste por primera vez su Iegendario uniforme y constituye la aventura propiamente dicha. el comic. Las diferencias entre ambas partes son notables. La presentación del planeta Krypton y su destrucción, que se cierra cuando Jor-El, padre de Superman, envía a éste a la Tierra constituye una farragosa exposición del mito y sus raíces y resulta pretenciosa y aburrida, a lo que contribuye no poco el tan inconsistente como decorativista diseño de John Barry, diseñador también de La naranja mecánica y La guerra de las galaxias, quien al recrear Krypton cae en un torpe dalinismo barato.Lo más brillante de esta película no es ni sus trucos ni su super-reparto. como se podría creer en principio, sino su guión. Firmado por Mario Puzo, autor de El Padrino, novela y guión, y por David Newman y Robert Benton, uno de los más cotizados y eficaces tandems de escritores del cine americano autores, entre otros de los guiones de El día de los tramposos, de Mankiewicz y de Bonnie and Clyde de Arthur Penn, el guión propone un divertido paralelismo entre la vida de Superman y la de Jesucristo. Ambos son enviados por el padre a la Tierra, ambos pasan una infancia relativamente normal junto a un padre adoptivo ambos abandonan su casa y su familla y se retiran en soledad -Jesucristo al desierto, Superman al Polo Norte- el Espíritu Santo de Superman parece ser un cristal donde está contenida toda la sabiduría y finalmente, ambos se reintegran a la sociedad iniciando una vida pública marcada por sus continuos milagros. Por si esto fuera poco. Superman es continuamente calificado de dios, de divino, etcétera, a lo largo de la película. La segunda parte del filme -el comic propiamente dicho- adopta un tono de abierta comedia, plagada de brillantes y divertidos diálogos como aquel en que Lois Lane ofrece una copa a Superman y éste responde: «Gracias, nunca bebo cuando vuelo.»

Superman - El filme (Superman - The Film)

Director: Richard Donner.Guión:Mario Puzo, David Newman, Leslie Newman y Robert Benton. Fotografía: Geoffrey Unsworth. Música: John Williams. Intérpretes: Cristopher Reeve, Margot Kidder, Gene Hackman, Ned Beatty, Jackie Cooper. Valerie Perrine, Marlon Brando, Glenn Ford, Susannah York y Marc McCIure. Norteamericano -británica, 1978. Locales de estreno: AIbéniz, Capitol Carlton y Luchana.

Geoffrey Unsworth, a quien la película está dedicada realiza una fotografía aplastantemente bella, de un virtuosismo impecable en la primera parte y de una total funcionalidad en la segunda. John Williams compone una partitura épica que plagia no pocas veces su anterior música para La guerra de las galaxias, pero que le confirma como uno de los más vigorosos compositores del cine moderno.

Lo más atrayente del reparto a priori era la presencia de Marlon Brando en el papel de Jor-El, padre de Superman. Su trabajo es tan perfecto como innecesario y únicamente se justifica, desde un punto de vista comercial, como una baza más para el éxito seguro y prefabricado. Gene Hackman en el papel del malísimo Lex Luthor demuestra el gran actor de comedia que es y las pocas oportunidades que tiene de demostrarlo. Pero la sorpresa viene sin duda alguna de Christopher Reeve. Este joven actor es algo más que un atleta con mandíbula de tebeo y más allá de su musculatura se revela como un versátil actor de ecos garygrantianos tan eficaz para componer un carácter elemental como para los más sutiles resortes de la comedia.

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