La grúa reapareció anteayer en las calles de la ciudad

La grúa municipal volvió el pasado jueves a la calle, después de permanecer paralizado el servicio durante seis días como consecuencia de la protesta realizada por los trabajadores de la empresa Cemesa, ante la falta de acuerdo en las negociaciones del convenio colectivo.Según datos aproximados, durante este tiempo de inactividad de la grúa fueron más de 2.000 los automovilistas que se beneficiaron de la situación al no tener que ir a recoger sus vehículos a las bases de Azca o Aravaca por estar mal aparcados, y miles los madrileños que padecieron el caos de tráfico consiguiente.
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La grúa municipal volvió el pasado jueves a la calle, después de permanecer paralizado el servicio durante seis días como consecuencia de la protesta realizada por los trabajadores de la empresa Cemesa, ante la falta de acuerdo en las negociaciones del convenio colectivo.Según datos aproximados, durante este tiempo de inactividad de la grúa fueron más de 2.000 los automovilistas que se beneficiaron de la situación al no tener que ir a recoger sus vehículos a las bases de Azca o Aravaca por estar mal aparcados, y miles los madrileños que padecieron el caos de tráfico consiguiente.

Fuentes de la Policía Municipal informaron que algunas calles, como la de Jorge Juan, habían padecido esta semana una situación anárquica, ya que «los conductores, al no ver a la grúa como todos los días, se habían dedicado a aparcar en lugar prohibido y hasta en doble fila».

La vuelta al trabajo de los empleados de Cemesa hace suponer que esta situación de irregularidad va a incrementar el número de automóviles recogidos, «al menos hasta que se den cuenta que las grúas se vuelven a llevar los vehículos aparcados en carriles bus, esquinas o salidas de garajes».

Las reivindicaciones solicitadas por los trabajadores, que el pasado día 5 llegaron a ser desalojados de la base de Aravaca en donde se habían reunido, se cifraban en un aumento en el sueldo de 6.237 pesetas y en el mismo aumento a la hora de cobrar las pagas extraordinarias. El desacuerdo con la empresa en este último punto fue, según informaron los trabajadores (véase EL PAÍS del pasado día 7), lo que motivó la decisión de continuar el paro iniciado cinco días antes.

Asimismo, el matadero municipal recobró ayer la normalidad al reanudar su trabajo los empleados de las distintas empresas encargadas del despojo de los animales sacrificados. Con esta vuelta al trabajo se ha conseguido paralizar el desabastecimiento de carne, que había comenzado a producirse, y el aumento de precio que, según fuentes municipales, podía ser sentido sensiblemente a partir de la próxima semana. Sin embargo, esta vuelta a la normalidad coincidió con la convocatoria, hecha por la comisión negociadora del convenio, para un nuevo paro que, con carácter estatal, se realizará los próximos días 19, 20 y 21. Esta convocatoria, segunda de las que se producen en el sector este mes, intenta conseguir que se readmita a los despedidos habidos por la jornada de paró del día 6, así como las reivindicaciones salariales o sindicales pedidas desde el principio del conflicto.

La matanza realizada ayer en el Matadero Municipal fue normal, a diferencia del pasado jueves, en que se trabajó a la mitad de ritmo, ya que los entradores tuvieron que realizar el trabajo de los trabajadores en huelga; durante el martes y el miércoles el local municipal permaneció paralizado.

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