LA CIA recibe órdenes de vigilar a los religiosos de izquierda latinoamericanos

, El presidente norteamericano, Jimmy Carter, es esperado en Máxico en visita oficial el próximo día 14, es decir, al día siguiente de la clausura de la III Conferencia Episcopal del continente de América Latina. Carter está siguiendo, minuto a minuto, los trabajos de esta importante reunión de obispos, como lo había hecho días atrás con la visita a estas tierras del papa Juan Pablo II.

Se ha sabido que la central de espionaje americana (CIA) ha recibido consignas de seguir muy de cerca lo que se llama «religiosos peligrosos» que trabajan en América Latina. El Consejo de Seguridad Naci...

, El presidente norteamericano, Jimmy Carter, es esperado en Máxico en visita oficial el próximo día 14, es decir, al día siguiente de la clausura de la III Conferencia Episcopal del continente de América Latina. Carter está siguiendo, minuto a minuto, los trabajos de esta importante reunión de obispos, como lo había hecho días atrás con la visita a estas tierras del papa Juan Pablo II.

Se ha sabido que la central de espionaje americana (CIA) ha recibido consignas de seguir muy de cerca lo que se llama «religiosos peligrosos» que trabajan en América Latina. El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos teme que se pueda realizar en este continente con mayoría católica «otro Irán» y los observadores internacionales insisten que la visita del Papa a México, con el desbordamiento delirante de masas que se movían a millones detrás de él, reconociéndolo como un líder indiscutible, portador de esperanza, ha sido de importancia capital para hacer comprender a los poderosos de fuera y dentro de este continente que la Iglesia católica tiene en sus manos una fuerza imponente.

En lo que respecta a la III Conferencia de Puebla, en realidad se sabe muy poco. Sigue vigente lo que aquí un obispo ha llamado «el muro de la libertad», es decir, una gran pobreza de información que la prensa mundial criticada cada día. Pero Ernesto Cardenal, nada sospechoso de integrismo, ha confesado a EL PAIS que este trabajo a puertas cerradas está resultando muy positivo: «No se puede olvidar que en este continente los obispos están muy controlados por los poderes locales.»