Crítica:CINE/"AFRICA AMA"

Los negros nacen blancos

A pesar de lo que el título pueda sugerir, África ama no es un filme erótico ni uno de aquellos al uso hace unos años en los que al amparo de una fingida preocupación etnológica se nos venía a ofrecer dosis intensas de pornografía.Etnografía hay en este documental, pero de buena ley, aunque no se olvide en él la inevitable «secuencia dura filmada por primera vez» y dirigida a un público burgués, que con su huida y comentarios posteriores hará la mejor propaganda del filme una vez olvidados los horrores de: la sangre y la carne.

Este filme, a ratos demasiado prolongado, viene a mo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

A pesar de lo que el título pueda sugerir, África ama no es un filme erótico ni uno de aquellos al uso hace unos años en los que al amparo de una fingida preocupación etnológica se nos venía a ofrecer dosis intensas de pornografía.Etnografía hay en este documental, pero de buena ley, aunque no se olvide en él la inevitable «secuencia dura filmada por primera vez» y dirigida a un público burgués, que con su huida y comentarios posteriores hará la mejor propaganda del filme una vez olvidados los horrores de: la sangre y la carne.

Este filme, a ratos demasiado prolongado, viene a mostrarnos ritos, costumbres y ceremonias de un continente negro a punto de cambiar, a punto de entrar a formar parte de esa traída y llevada sociedad de consumo. En ese rostro, a ratos irónico y a ratos trágico, visto por cierto desde las alturas de un inefable paternalismo, lo erótico o sexual no ocupa sino una parte moderada, tal como debe ser en la vida de estos pueblos. El sexo como elemento natural que une y liga a la Naturaleza aparece, pues, en su auténtica dimensión como las imágenes impresionantes para nosotros del nacimiento o la muerte. De uno a otra, el ciclo de la vida se cumple en ceremonias, danzas y alegorías que señalan el final de la pubertad, de la edad madura, la afición a las artes o la suerte de la caza. Todo se halla encerrado en el filme, no siempre bien ordenado sino un tanto confuso, mezclado lo fundamental con lo simplemente pintoresco, sobre todo en la segunda parte.

Africa ama

Realización: Guido Guerrasio, Alfredo Castiglioni, Angelo Castiglioni Oreste Pellini. Música: S. F. Lavagnino.Fotografía: Angelo Castiglioni, Alfredo Castiglioni y Oreste Pellini. Montaje y comentario: Guido Guerrasio. Italia. Documental. Local de estreno: Vergara

La segunda mitad, sobre todo al final, parece realizada buscando a toda costa secuencias insólitas, ligadas entre sí gracias sobre todo al comentario, pero sin la unidad que muestra la primera.

Tal como suele suceder en obras de este tipo, algunas secuencias aparecen claramente preparadas, otras «interpretadas» más o menos acertadamente, junto a las de la caza, por ejemplo, apenas conseguidas. Es en las ceremonias, en las danzas de iniciación, en las operaciones de circuncisión, en ese parto impresionante que da fin a la película, donde se hallan los mejores momentos de ésta. Sobra, en cambio, el habitual lamento maniqueo del comentario sobre los valores de unas razas a punto de perderse ante el envite de una nueva cultura que no debería hacerles más felices. Sería preciso preguntar a los interesados, a esos hombres comedores de ratones y hormigas, a esas mujeres para las que el amor que da título al filme nunca existió, a esos niños que nacen blancos para volverse negros y caer diezmados por las enfermedades. Es posible que su respuesta, si la tienen, sirviera de pretexto para un documental bien diferente de éste.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En