Crítica:CINE

Mucho ballet y poco cine

Decididamente inmersa en la moda de películas de mujeres que últimamente está haciendo furor -Julia, Tres mujeres, Una mujer descasada, Interiores, Buscando al Sr. Goodbar, Coming Home, La chica del adios...- Paso decisivo viene a proponer el enfrentamiento entre dos magníficas actrices: Anne Bancroft y Shirley MacLaine. Cada una de ellas representa una forma de entender la vida. Didí es la vida, Emma es el arte. La primera es una simple ama de casa, la segunda una estrella de ballet. Ambas se envidian mutuamente. Toda la película gira en torno a una única escena, que se hace esperar má...

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Decididamente inmersa en la moda de películas de mujeres que últimamente está haciendo furor -Julia, Tres mujeres, Una mujer descasada, Interiores, Buscando al Sr. Goodbar, Coming Home, La chica del adios...- Paso decisivo viene a proponer el enfrentamiento entre dos magníficas actrices: Anne Bancroft y Shirley MacLaine. Cada una de ellas representa una forma de entender la vida. Didí es la vida, Emma es el arte. La primera es una simple ama de casa, la segunda una estrella de ballet. Ambas se envidian mutuamente. Toda la película gira en torno a una única escena, que se hace esperar más de la cuenta: el enfrentamiento entre las dos viejas amigas al reencontrarse pasados casi veinte años. La escena en sí es un auténtico duelo interpretativo, pero no basta para justificar la película. Y es que Paso decisivo se diría carece de guión. Herbert Ross es un más que aceptable realizador cuando tiene entre las manos un buen material literario dé base, como lo prueban sus trabajos sobre guiones de Woody Allen, Neil Simon, Buck Henry o Nicholas Meyer, pero ante una ausencia de historia como esta que viene filmada por Arthur Laurents, Ross duda entre hacer un melodrama o un documental sobre ballet. Porque nadie piense que Paso decisivo es la historia de dos amigas que se encuentran al cabo del tiempo, etcétera, no. Se trata de un filme sobre el mundo de la danza, donde los ensayos y actuaciones se llevan más de la mitad de la película, cuyos verdaderos protagonistas son los bailarines Mikhail Baryshnikov y Leslie Browne. Herbert Ross se entrega a un ejercicio de virtuosismo a la americana; que a la larga le conduce a un producto tan empalagosamente «sensible» e «intelectual» como, en otro estilo, pero no tan distinto, pueda ser Julia.Herbert Ross es un artesano suavización, capaz de limar la escritura agresiva de un Woody Allen, sin por ello desvirtuarla, un artista con una especial habilidad para los tonos cálidos -lo que en Estados Unidos quizá resulte distinguido- y que se mueve como pez en el agua cuando debe retratar el tono dulce-amargo de las cosas y de las relaciones humanas y los. sentimientos tenues y frágiles filtrados por la cotidianeidad. Ross tiene tono, pero le falta timbre. Le falta una de las cualidades que hicieron la grandeza del cine clásico norteamericano: el nervio. Es más que dudoso que Ross llegue algún día a echar la carne en el asador, sobre todo, si ello supone incurrir en alguna incorrección en su conducta en sociedad.

Paso decisivo (The tourning point)

Director: Herbert Ross. Guión: Arthur Laurents. Fotografía: Robert Surtees. Intérpretes: Anne Bancroft, Shirley MacLaine, Tom Skerritt, Mikhail Baryshnikov, Leslie Browney Martha Scott. Norteamericana, 1978. Local de estreno: Coliseum.

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