Crítica:CINE/"MADE IN USA"

Un Godard menor

En 1966, el productor francés George de Beauregard pasaba por un difícil momento económico, a causa de la intolerante postura de la censura francesa para con el filme de Jacques Rivette Suzanne Simonin, la religieuse de Diderot, que él producía. Para salir del apuro pidió ayuda a su amigo Jean-Luc Godard, a quien había producido algunas de sus mejores películas -A bout de souffle y Pierrot le fou, por ejemplo- y que, en aquellos momentos, era el director-vedette no sólo del Tout Paris, sino de todo el mundo. Godard aceptó rodar en poco tiempo y con poco dinero una novela de Richa...

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En 1966, el productor francés George de Beauregard pasaba por un difícil momento económico, a causa de la intolerante postura de la censura francesa para con el filme de Jacques Rivette Suzanne Simonin, la religieuse de Diderot, que él producía. Para salir del apuro pidió ayuda a su amigo Jean-Luc Godard, a quien había producido algunas de sus mejores películas -A bout de souffle y Pierrot le fou, por ejemplo- y que, en aquellos momentos, era el director-vedette no sólo del Tout Paris, sino de todo el mundo. Godard aceptó rodar en poco tiempo y con poco dinero una novela de Richard Stark (Série Noire), de la que Beauregard poseía los derechos. Tres días después de acabar el rodaje de Made in Usa, comenzaba el de Deux ou trois choses que je sais d'elle. Las dos películas se montaron simultáneamente y Godard hubiera deseado exhibirlas en programa doble.El gran problema de Made in USA es que, además de ser un filme de encargo, es una obra poco elaborada. Con ella, Godard entra en un período de crisis que le llevará a romper con toda su obra anterior. Godard parece haber olvidado de «meter todo en un filme» y Made in USA resulta más bien vacía.

Made in USA

Director: Jean-Luc Godard.Guión: Jean-Luc Godard, basado en la novela de Richard Stark The Jugger. Fotografía: Raoul Coutard. Música: Beethoven y Schumann. Intérpretes: Anna Karina, LazsIó Szabó, Yves Afonso, Jean-Pierre Léaud y Jean-Claude Bouillon. Francesa, 1966. Local de estreno: Duplex 1.

La avalancha godardiana parece limitarse a las citas: Goodis, Haminet-Aldrich, Mizogouchi, Cocteau, Walt Disney, Ruby Gentry, etcétera, son citados a bocajarro por los personajes de Made in USA como si sus nombres fuesen palabras mágicas. Godard utiliza el thriller como envoltura de su discurso por última vez, antes ya lo había hecho, en mayor o menor medida, en About de souffle, Le petit soldat, Bande á part, A Íphaville y Pierrot le fou. Cuando recurre a la Serie Negra, Godard siempre escoge novelas de segunda fila, que luego utiliza como partituras a partir de las cuales todo es posible. Made in USA tiene tan poco que ver con The Jugger, de Stark, como Pierrot le fou con Obsession, de Lionel White.

La película está dedicada A Nick (Ray) y Samuel (Fuller) que me enseñaron el respeto por las imágenes y los sonidos, y la propia protagonista, Paula Nelson-Anna Karina, la define como un filme de Walt Disney, pero con sangre. La ciudad donde transcurre el filme -Atlantic Cité- es una Francia americanizada poblada de absurdas bandas de pistoleros con oscuras implicaciones políticas. Made in USA es un filme realizado sin mucho convencimiento, donde Godard se esfuerza por mantener su sello, incurriendo las más de las veces en la autoimitación, convirtiéndose en su propia caricatura. Pero lo peor de Made in USA no son sus irregularidades e incoherencias -presentes y perfectamente integradas en toda la obra godardiana-, sino la falta absoluta de pasión con que está realizada, sus audacias de compromiso...

Pese a todo, Made in USA es un filme de una gran belleza plástica, aunque Godard y Coutárd no alcancen la altura de Pierrot le fou en cuanto al uso del techniscope.

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