El Tribunal Supremo de EEUU ordena la readmisión de un estudiante blanco

El Tribunal Supremo norteamericano ordenó ayer a una facultad de Medicina del estado de California que admita a un estudiante, que había sido ilegalmente discriminado a la hora del ingreso en la misma, por ser de raza blanca.

La sentencia se considera como una de las más importantes en el tema racial desde que entró en vigor la ley de los Derechos Civiles, en 1964. El caso del estudiante blanco, conocido como el caso de la «discriminación al revés», había sido seguido muy atentamente por la opinión pública norteamericana.Allan Bakke, un ingeniero civil de 38 años, intentó matricularse, ...

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El Tribunal Supremo norteamericano ordenó ayer a una facultad de Medicina del estado de California que admita a un estudiante, que había sido ilegalmente discriminado a la hora del ingreso en la misma, por ser de raza blanca.

La sentencia se considera como una de las más importantes en el tema racial desde que entró en vigor la ley de los Derechos Civiles, en 1964. El caso del estudiante blanco, conocido como el caso de la «discriminación al revés», había sido seguido muy atentamente por la opinión pública norteamericana.Allan Bakke, un ingeniero civil de 38 años, intentó matricularse, hace cinco años, en la facultad de Medicina de la Universidad de California, en Davis, pero no fue admitido porque, según el centro docente, no tenía las puntuaciones requeridas. Sin embargo, dieciséis plazas de las cien disponibles en la facultad estaban destinadas a estudiantes pertenecientes a las minorías raciales.

Cuando Bakke comprobó que algunos de los alumnos inscritos en este «cupo» de minorías raciales tenían peores puntuaciones que él, se querelló contra las autoridades académicas por estimar que el hecho de ser de raza blanca había motivado una discriminación a la hora del ingreso, mientras que estudiantes de otras razas, menos preparados, conseguían ser admitidos en la institución docente.

El largo caso finalizó ayer, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló a favor de Allan Bakke y ordenó a la facultad que lo admita, por una votación de cinco a favor y cuatro en contra entre los nueve magistrados que lo componen. Sin embargo, la sentencia reconoce que la raza debe seguir tomándose en cuenta a la hora de admitir alumnos.

El Tribunal Supremo continúa, por tanto, defendiendo los avances recogidos en la ley de los Derechos Civiles de 1964, pero reconoce que en algunos casos, como el de la facultad de Medicina de Davis, se traspasa el límite de lo legal para incurrir en un caso de discriminación racial.

Bakke no tuvo que probar que habría sido admitido en el caso de que no hubiera existido el sistema de cuotas para las minorías negras, hispanas y asiáticas, pero la universidad tuvo que reconocer también que no podía probar que Bakke habría sido rechazado si el programa especial de cuotas no hubiera estado en vigor.

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