Crítica:CINE

Turismo cinematográfico

En los tiempos de la nouvelle vague francesa, sólo un hombre superó a Claude Lelouch en cuanto a efectismos y gratuidades se refiere: Marcel Camus. Su filme Orfeo negro, que tuvo un gran éxito internacional, daba una imagen de Brasil falsa, superficial, sofisticada y manipulada. Hoy, muchos años más tarde, Marcel Camus no ha evolucionado, no ha aprendido nada y vuelve a probar suerte en el tema y el estilo que hicieron su efímera fama. Otalia de Bahía insiste en aquella imagen folklórica y colorista de Brasil y se diría realizada para ocultar el rostro actual de este país....

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En los tiempos de la nouvelle vague francesa, sólo un hombre superó a Claude Lelouch en cuanto a efectismos y gratuidades se refiere: Marcel Camus. Su filme Orfeo negro, que tuvo un gran éxito internacional, daba una imagen de Brasil falsa, superficial, sofisticada y manipulada. Hoy, muchos años más tarde, Marcel Camus no ha evolucionado, no ha aprendido nada y vuelve a probar suerte en el tema y el estilo que hicieron su efímera fama. Otalia de Bahía insiste en aquella imagen folklórica y colorista de Brasil y se diría realizada para ocultar el rostro actual de este país. Filme coral, sus protagonistas son los habitantes de una barriada de los suburbios de Bahía cuyo centro de reunión es un burdel que lo que más parece es una escuela de baile. Otalia es uno más de los personajes y sólo en el cuarto de hora final destaca leveinente del resto.La película es un abuso continuo de la imagen optimista y musical de Brasil. Los conflictos más aparentemente graves son resueltos por la vía de un humor gratuito, así la policía trata de desalojar repetidas veces de sus viviendas a los protagonistas y éstos los derrotan irrisoriamente y, sólo al final, cuando a Camus le interesa rematar en tragedia la película -como hiciera en Orfeo negro- los fusiles comienzan a disparar de verdad y lo que hasta entonces era una farsa de carnaval se torna una sangrienta masacre. Por si fuera poco, Otalla emprende una extraña huelga de hambre, tras un desengaño amoroso, que acaba con ella en cuestión de horas, aunque, eso sí, a tiempo de casarse de blanco y espirar.

Otalia de Bahía

Dirección: Marcel -Camus. Guión: Marcel Camus, basado en la novela Os pastores de Noite, de Jorge A mado. Fotografía: André Domage. Música: Antonio Carlos, Jocafiy Walter Queiroz. Canciones interpretadas por María Creuza y Emilio Santiago. Intérpretes: Zeni Pereira, Mira Fonseca, Jofre Soares, Antonio Pitangay María Viana. Franco -brasileña, 1976. Local de estreno: Felipe II

Lo que en Orfeo negro había de trampa bien urdida, no existe en esta Otalia de Bahía que es una avalancha de escenas incoherentes e inconexas y uno de los espectáculos más aburridos que nos ofrece la cartelera madrileña.

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