El ex presidente de Suiza, implicado en un escándalo de sobornos de multinacionales

El movimiento Declaración de Berna (asociación para un desarrollo solidario con los países del Tercer Mundo), integrada por un grupo de profesionales, especialmente de economistas e investigadores suizos, lanzó ayer a la circulación un breve folleto con acusaciones, que la prensa suiza ha coincidido en calificar de explosivas.

Bajo el título de «Infiltración de firmas multinacionales en las organizaciones de Naciones Unidas», se dan a conocer a lo largo de sesenta páginas, textos de actas, documentos y cartas confidenciales de altos ejecutivos de empresas multinacionales suizas, a travé...

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El movimiento Declaración de Berna (asociación para un desarrollo solidario con los países del Tercer Mundo), integrada por un grupo de profesionales, especialmente de economistas e investigadores suizos, lanzó ayer a la circulación un breve folleto con acusaciones, que la prensa suiza ha coincidido en calificar de explosivas.

Bajo el título de «Infiltración de firmas multinacionales en las organizaciones de Naciones Unidas», se dan a conocer a lo largo de sesenta páginas, textos de actas, documentos y cartas confidenciales de altos ejecutivos de empresas multinacionales suizas, a través de las cuales se concluye que el ex presidente de la Confederación Helvética (año 1968), Hans Schafnner, que también ocupó el cargo de vicepresidente del consejo administrativo de Sandoz, se prestó para infiltrarse en una comisión especializada de la ONU, integrada por personas eminentes para realizar un amplio y profundo estudio sobre la influencia económica, política y social de las multinacionales en el Tercer Mundo, en otras palabras, el impacto de esas empresas en ese área del mundo.La ofensiva de las multinacionales helvéticas data del año 1972, cuando el consejo económico y social de Naciones Unidas (ECOSOC), formó dicha comisión con los objetivos antes mencionados. Paralelamente, otros organismos internacionales, como la UNCTAD, la OIT, OCDE y otras, comenzaron a preocuparse de este problema conjuntamente con anunciar programas de acción en base a estudios de expertos y conferencias especializadas, tendentes a establecer la magnitud de la influencia de las multinacionales en el Tercer Mundo, y adoptar normas internacionales de control, llegándose a hablar de la instauración de códigos de buena conducta.

Según la Declaración de Berna en su publicación aparecida ayer, las multinacionales suizas Nestlé, Brown Boveri et Cie., Sulzer Freres, Hoffman-La Roche, Ciba-Geigy y Sandoz, asesoradas por algunas asociaciones de industriales y del comercio, elaboraron una contraestrategia para infiltrarse en esta comisión o grupo de personas eminentes norninadas por el ECOSOC. Según la misma fuente, la intervención ole Paul Jolles, director de la División Federal de Comercio, fue determinante en la decisión de las mencionadas multinacionales, para elegir como candidato a integrante del grupo de personalidades eminentes, al ex presidente de la Confederación Helvética, Hans Schaffner, quien efectivamente resultó elegido.

La Declaración de Berna señala, y para esto reproduce documentos secretos, que las multinacionales crearon un grupo de coordinación encargado de mantener contacto permanente con Schaffner, el hombre infiltrado, quien habría desde un primer instante filtrado todos los acuerdos confidenciales que adoptaba en diversas reuniones el grupo,investigador de la ECOSOC. De esta manera, las multinacionales tuvieron acceso -según esta denuncia- al conocimiento de la estrategia que ECOSOC programaba para presentar un completo informe al secretario general de la ONU.

La Declaración de Berna ha exhibido también pruebas sobre el soborno a algunos periodistas especializados en temas económicos, para que, en conocimiento del criterio de la ECOSOC sobre las multinacionales, replicaran sobre la influencia positiva de estas empresas en las economías de los países del Tercer Mundo.

Interrogado Schafiner sobre este affaire, por un diario helvético, respondió que él había sido designado por Kurt Waldheim en el grupo de los eminentes de ECOSOC. «Yo soy experto en derecho económico internacional y fui seleccionado a título personal», declaró Schaffner, agregando que «naturalmente yo defendía los intereses de las multinacionales, soy abogado de multinacionales: criticarme por defenderlas, es lo mismo que criticar a un médico por prestar asistencia a un enfermo».

Las declaraciones del ex presidente de la Confederación Helvética a la luz de las denuncias de la Declaración de Berna, no sólo no dejan en buen pie a las multinacionales en este affaire, sino tampoco al Gobierno helvético, uno de cuyos funcionarios (el director de la División Federal de Comercio, Paul Jolles) , aparece asesorando al grupo coordinador. Por otra parte, un organismo de Naciones Unidas, de la importancia del ECOSOC, aparece ingenuamente infiltrado por un ciudadano suizo que reconoce haber sido abogado de multinacionales, como la cosa más natural, en circunstancias que integraba una comisión creada justamente para investigar la acción negativa de las multinacionales en el Tercer Mundo.

Esta explosiva denuncia de la Asociación para un Desarrollo Solidario con el Tercer Mundo es la tercera que hace este grupo de investigadores en el lapso de dos años. Cabe recordar la denuncia contra Nestlé, que implantó en algunos países africanos una línea propagandística para que a los bebés en los primeros meses se les diera lecho en polvo y no de pecho, lo que resultó mortal en centenas de casos por las malas condiciones sanitarias del agua empleada. Y una segunda denuncia, hace algunos meses, en contra de la multinacional helvética Motor Colombus, propietaria de la principal central eléctrica de Argentina, que aparece favorecida por el actual régimen militar en detrimento de los intereses nacionales de ese país.

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