Tribuna:

Una leccion en regla

Ni el escándalo los para. Nadie podrá dudar de cuál es la actitud del público de Madrid respecto a ]as características que ha de tener el toro de lidia. Pero en el taurinismo, y dentro del taurinismo la empresa de la plaza, no queiren darse por enterados. Ahora están a airear la historia de que ese toro no existe.Muchas veces, cuando la andanada y otros sectores de afición entran en los clamores de la exigencia -«¡toros, toros, toros! »- los taurinos se hacen los escandalizados, se echan las manos a la cabeza y sacan a relucir el peso que tiene el producto puesto en cuestión: «¡Pero por el amo...

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Ni el escándalo los para. Nadie podrá dudar de cuál es la actitud del público de Madrid respecto a ]as características que ha de tener el toro de lidia. Pero en el taurinismo, y dentro del taurinismo la empresa de la plaza, no queiren darse por enterados. Ahora están a airear la historia de que ese toro no existe.Muchas veces, cuando la andanada y otros sectores de afición entran en los clamores de la exigencia -«¡toros, toros, toros! »- los taurinos se hacen los escandalizados, se echan las manos a la cabeza y sacan a relucir el peso que tiene el producto puesto en cuestión: «¡Pero por el amor de Dios, si pesa cerca de seiscientos kilos!»

Está el caso en que la afición no exige gayumbadas. Quiere el toro de trapío, pero además que esté sano, íntegro de cabeza, con casta. El juego del taurinismo es eliminar una o varias de estas características para ponderar las restantes. Y en ese tira y afloja ha discurrido la feria, cuando lo sencillo, y lo sensato., habría sido adquirir toros allá donde los haya, a despecho de las exigencias de los toreros o sus representaciones; de los compromisos y las influencias.

Que corridas enteras, expuestas en la Venta del Batán, hayan tenido- que volver a sus puntos de origen porque no valían para Madrid, es ya una vergüenza y apunta al fraude por parte de una empresa que no ha tenido inconveniente en montar un abono disparatado y subir los precios de las localidades en porcentajes escandalosos para los alicientes concretos que ofrece ese abono y para la realidad económica que está viviendo el país.

Lo de ayer ha sido una lección en regla y nos muerde la impaciencia para felicitar a los veterinarios Bengoechea y Mora y al comisario Mingüens, por su entereza ante las presiones, que ha llegado a la adopción de una medida de graves repercusiones, como es la suspensión de una corrida de la feria de San Isidro. Así es como hay que proceder. Es preferible que no haya toros a que éste sea el espectáculo de los fraudes y los escándalos.

a afición tiene un compromiso adquirido con este equipo de veterinarios y presidente, ahora de gratitud. Y pues si en su razón los cubrió, días atrás, con una nube de improperios cuando consideró que no acertaban en el cumplimiento de sus funciones, es justo que los premie con su aplauso cuando han dado la cara, en vigilancia estricta de la pureza del espectáculo.

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