Contrato británico-japonés para regenerar desperdicios nucleares

Tan sólo dos semanas después de que el Parlamento británico diera la definitiva luz verde a la construcción de una gran planta de reprocesamiento nuclear en Windscale, Gran Bretaña y Japón han concluido un contrato de 75.000 millones de pesetas para la regeneración en Windscale de los desperdicios atómicos de las compañías eléctricas niponas.El acuerdo, sin embargo, no tendrá valor hasta que reciba la aprobación formal de Estados Unidos, que provee a Japón de la totalidad del uranio enriquecido que utilizan sus trece centrales nucleares, y se reserva el derecho de controlar los movimientos pos...

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Tan sólo dos semanas después de que el Parlamento británico diera la definitiva luz verde a la construcción de una gran planta de reprocesamiento nuclear en Windscale, Gran Bretaña y Japón han concluido un contrato de 75.000 millones de pesetas para la regeneración en Windscale de los desperdicios atómicos de las compañías eléctricas niponas.El acuerdo, sin embargo, no tendrá valor hasta que reciba la aprobación formal de Estados Unidos, que provee a Japón de la totalidad del uranio enriquecido que utilizan sus trece centrales nucleares, y se reserva el derecho de controlar los movimientos posteriores del combustible. Mediante el proceso de regeneración que va a llevarse a cabo en Gran Bretaña, los desperdicios de uranio son convertidos en plutonio, elemento que puede ser usado en la fabricación de armas atómicas.

A pesar de que Japón ha ratificado el tratado de no proliferación nuclear propiciado por el presidente Carter, los términos de su acuerdo con Washington son muy estrictos. La Casa Blanca, de otra parte, no ha visto nunca con buenos ojos el proyecto británico de construcción de una planta de regeneración atómica.

El acuerdo, signado en Tokio, pretende cubrir la mitad de las necesidades japonesas (tercer productor mundial de energía de origen nuclear) durante la próxima década, a razón de unas doscientas toneladas anuales de desperdicios enriquecidos en Gran Bretaña. Un contrato de dimensiones similares fue concluido el año pasado con la industria nuclear francesa, que regenerará el resto del combustible.

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