Autocrítica y humor

Realizado por Andrés Linares, con la supervisión de Juan Antonio Bardem, Fiesta por la democracia es un filme en cuya realización han colaborado muchos de los técnicos y artistas de la Agrupación de Cine del Partido Comunista, entre ellos José Luis García Sánchez, Roberto Bodegas, Luis Megino, Tino Calabuig y Josechu San Mateo.La película pretende ser un documental sobre la fiesta que dicho partido organizó en Torrelodones, en junio del año pasado, en plena campaña electoral y que, a pesar del mal tiempo, constituyó un éxito sin precedentes en este tipo de actos. La película está dividi...

Realizado por Andrés Linares, con la supervisión de Juan Antonio Bardem, Fiesta por la democracia es un filme en cuya realización han colaborado muchos de los técnicos y artistas de la Agrupación de Cine del Partido Comunista, entre ellos José Luis García Sánchez, Roberto Bodegas, Luis Megino, Tino Calabuig y Josechu San Mateo.La película pretende ser un documental sobre la fiesta que dicho partido organizó en Torrelodones, en junio del año pasado, en plena campaña electoral y que, a pesar del mal tiempo, constituyó un éxito sin precedentes en este tipo de actos. La película está dividida en tres partes claramente diferenciadas. Un prólogo, en el que se repasan algunos momentos históricos, como la muerte de Franco, el asesinato de los abogados del despacho laboralista de Atocha, la primera rueda de prensa de Santiago Carrillo, la legalización del PCE, etcétera. La segunda parte, que constituye el grueso de la película, está exclusivamente dedicada a la fiesta-mitin de Torrelodones. Y un corto epílogo recoge la fiesta organizada por el PCE en el recinto de la Feria del Campo, en octubre del año pasado.

Una fiesta por la democracia (o El oro del PCE) es un filme festivo. No sólo por la clase de acontecimiento que retrata, sino por su misma concepción, por su realización y su montaje.

Sin dejar de ser en muchos momentos un panfleto, un filme de partido, Una fiesta por la democracia es también algo más: un filme que no excluye el sentido del humor -inusual en este tipo de cine- ni la autocrítica, que presenta en muchos momentos una imagen del PCE que no es ni mucho menos la más vendible, que no es la que un burdo filme de propaganda nos ofrecería. Aún absolutamente mejorable, esta película tiene un gran interés porque en ella se dan cita dos formas de concebir el cine militante: una que lo único que pretende es ofrecer un discurso reconocible de antemano, totalmente dirigido, luego manipulado, y otra que se limita a presentar unas imágenes, dejando que las personas y los hechos hablen por sí mismos. Creo que con esta película se cierra una época del cine militante y se abre otra. Ya nadie podrá achacar la nulidad cinematográfica de sus películas a la clandestinidad en que fueron rodadas o la falta de medios con que se realizaron.

La parte mejor del filme es la central, en la que asistimos a los trabajos de preparación del festival y a su desarrollo, en la que en algunos momentos se nos ofrecen imágenes de dos formas distintas de entender un partido, a través del choque de opiniones entre comunistas viejos y jóvenes.

La película se cierra con unas imágenes de la fiesta celebrada en la Feria del Campo, mientras oímos un monólogo de Paco Umbral en el que éste nos dice que esta fiesta «es mucho más que la fiesta del PCE, porque la libertad no cabe en un partido, ni la justicia cabe en una sola mano».