Crítica:

Nuevo triunfo de André Watts

Cantar y Tañer, la veterana sociedad musical, ha presentado en la Sala Fénix al pianista André Watts. Poco nuevo hemos de decir de un intérprete que por la virtuosidad de su técnica, la capacidad de su coloración sonora y la vitalidad de todas sus versiones, hace tiempo que se ha instalado en un lugar de privilegio dentro de la pianística de nuestros días. Antepongamos el éxito total como corresponde a una calidad general muy alta, incluso en los puntos discutibles.Uno de ellos puede ser, sin duda, su concepto de Schubert, que ocupó la primera parte del recital con los «valses» y las «sonatas»...

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Cantar y Tañer, la veterana sociedad musical, ha presentado en la Sala Fénix al pianista André Watts. Poco nuevo hemos de decir de un intérprete que por la virtuosidad de su técnica, la capacidad de su coloración sonora y la vitalidad de todas sus versiones, hace tiempo que se ha instalado en un lugar de privilegio dentro de la pianística de nuestros días. Antepongamos el éxito total como corresponde a una calidad general muy alta, incluso en los puntos discutibles.Uno de ellos puede ser, sin duda, su concepto de Schubert, que ocupó la primera parte del recital con los «valses» y las «sonatas» en la mayor y la menor. Consiguió Watts matices muy bellos y una construcción de cada sonata tan firme como expresiva pero acaso faltó ese «algo más» que en casos como el schubertiano se constituye en principio constitutivo. Después, en los «estudios» de Chopin, desplegó todo su poderío que, en línea creciente, tras el reposo de tres breves páginas ravelianas alcanzarla su cima en la Toccata del autor de La Valse y, de modo rutilante, en una rapsodia húngara de Liszt.

Cantar y Tañer va por su programa 259. Conviene destacar la continuidad y la exigencia programática de la entidad como ejemplo de lo que puede y debe hacer la sociedad por su cuenta y sin recurrir a subvenciones de la Administración. Por lo mismo cada triunfo de un artista o agrupación en Cantar y Tañer lo es, igualmente, de la sociedad que, desde hace varios lustros, sostiene en Madrid la devoción y el hábito de la música de cámara en sus diversas facetas.

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