Pleno del Congreso

El ministro de Trabajo anuncia una ley de flexibilización de plantillas

La preparación de una ley de flexibilización de plantillas (despido libre con ciertas garantías y en ciertas circunstancias), cuya remisión a las Cortes puede tener efecto una vez finalizadas las actuales elecciones sindicales, dio origen a que Marcelino Camacho, diputado comunista y secretario general de CCOO, y el ministro de Trabajo, Manuel Jiménez de Parga, en nombre del Gobierno, manifestasen sobre el tema puntos de vista totalmente contradictorios.

Mientras que para el señor Camacho la ley anunciada implica el intento de pasar de contrabando una política antiobrera, para el minist...

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La preparación de una ley de flexibilización de plantillas (despido libre con ciertas garantías y en ciertas circunstancias), cuya remisión a las Cortes puede tener efecto una vez finalizadas las actuales elecciones sindicales, dio origen a que Marcelino Camacho, diputado comunista y secretario general de CCOO, y el ministro de Trabajo, Manuel Jiménez de Parga, en nombre del Gobierno, manifestasen sobre el tema puntos de vista totalmente contradictorios.

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Mientras que para el señor Camacho la ley anunciada implica el intento de pasar de contrabando una política antiobrera, para el ministro de Trabajo significa abordar racionalmente el problema del paro, en la misma línea que han adoptado las democracias europeas.Marcelino Camacho (diputado comunista) estimó que la preparación de una ley de flexibilización de plantillas es un intento de pasar de contrabando una política antiobrera que no tiene precedentes ni siquiera en los años de la dictadura.

Como herencia de esa época ya existe un arsenal de leyes que se utilizan a fondo para despedir a los trabajadores. Ahora se trataría, con la ley anunciada, de quitar los escasos obstáculos que existen para impedir el despido. Una ley del estilo de la anunciada sería considerada por los trabajadores como una provocación; a este respecto se me viene a la memoria un chiste de Máximo en EL PAÍS, en el que se ven varias pancartas con las leyendas de libre empresa, libre contratación, libre despido, paro forzoso. Sabemos que los grandes empresarios amenazan al Gobierno, pero hay que decirles a estos empresarios que los trabajadores no son responsables de la actual crisis y, sobre todo, hay que recordarles que son, precisamente, los trabajadores, los principales autores de la riqueza generada en el país en estos años.

Manuel Jiménez de Parga (ministro de Trabajo): «El tema planteado por la interpelación del señor Camacho puede abordarse con razones emocionales o con criterios que buscan encontrar una fórmula racional de reducción del paro e incremento de los puestos de trabajo. Yo prefiero esta segunda fórmula. Ante el problema del paro, ¿qué se puede hacer? Puede el Gobierno unirse al coro de las lamentaciones? ¿Puede el Gobierno, en cambio, tener en cuenta lo que sucede en Europa en este terreno y lo que se recomienda en los organismos internacionales? La primera función tendría aplausos fáciles: la otra, la solución fría y técnica, no encontrará aplausos fáciles, pero es la única racional. En cualquiera de las democracias europeas existe algo respecto a la modificación de las plantillas. Con garantías, con laintervención de los representantes de los trabajadores, con un procedimiento adecuado, este despido llamado libre está reconocido en todos los países europeos.

Marcelino Camacho: «Tras oír al ministro de Trabajo ya sabemos que está en preparación una ley sobre flexibilización de plantillas y que en su debido momento el Congreso y el Senado van a tener que pronunciarse sobre ello. Ahora que es tiempo debemos decir que los trabajadores estamos en contra de una ley de esta índole y no por razones emocionales. No es una razón emocional la que esarime el trabajador que no come, y no creo que se reduzca el paro con el despido.»

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