Crítica:

Forma y medida en el arte español actual

Las exposiciones colectivas, especialmente aquellas organizadas por las semejanzas de argumentos, parecen inexorablemente destinadas a multiplicar las evidencias de los fracasos teóricos, y ello, por cuanto la acumulación señala, aun sin individualizar, las debilidades, la dispersión.De la exposición que bajo el título que encabeza estas líneas se nos ofrece en las salas de exposiciones del Patrimonio Artístico y Cultural, destaca en primer lugar el equívoco que los carteles que la anuncian produce; el empleo de un círculo rojo, un triángulo amarillo y un cuadrado azul enmarcado en una letra d...

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Las exposiciones colectivas, especialmente aquellas organizadas por las semejanzas de argumentos, parecen inexorablemente destinadas a multiplicar las evidencias de los fracasos teóricos, y ello, por cuanto la acumulación señala, aun sin individualizar, las debilidades, la dispersión.De la exposición que bajo el título que encabeza estas líneas se nos ofrece en las salas de exposiciones del Patrimonio Artístico y Cultural, destaca en primer lugar el equívoco que los carteles que la anuncian produce; el empleo de un círculo rojo, un triángulo amarillo y un cuadrado azul enmarcado en una letra de cada una de las tres primeras palabras invoca la nominación de constructivistas para las obras reunidas. Nada menos exacto; resultaría más medido prescindir del prestigio evidente de las referencias y limitarse al enunciado textual por cuanto ausencia tal determina con exactitud lo ofrecido: reunión de un número más que considerable de pintores y escultores -a la que tan sólo podrían imputársele contadas ausencias importantes- empeñados en tareas que por semejanza justifican su estancia bajo el mismo techo. Buscarle genealogías a un conjunto tan disperso no facilita sino las confusiones e, incluso, la indiferencia ante lo visto.

Forma y medida en el arte español actual

Salas de exposiciones del Patrimonio Artístico y Cultural.Madrid.

Rendir cuenta de lo reunido es tarea más compleja, el elevado número de obras que componen la muestra y lo múltiple de éstas lo dificultan.

En la labor encontraríamos ejemplos de desconocimientos o de ignorancias voluntarias de las fronteras que por tenuemente que sea separan los diferentes modos de hacer.

Encontraremos también obras cuya asistencia a reunión de tales características no se explican salvo por las obligaciones que implica la historia que de su autor se conoce. Y, sin embargo, cumplir esa asistencia es lo que las hace entregarse con otras maneras. En ellas, aun cuando parcelas de su apariencia respondan a las características generales, es igualmente perceptible un alejamiento conceptual que arrastra nuestra mirada hacia problemas muy posiblemente opuestos. Tal sería el caso en la exposición que comento de Elena Asins, su utilización de elementos más que tópicos aqui, como son la secuencia, la limitación de la gama de color, la ordenación elegida, etcétera, viene a quebrarse por el empleo de saberes que pudieran ser sólo dominio del pintor.

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