Los vivos y los muertos

Muy dentro d el estilo de El caso Mallei o Las manossobre la ciudad, es decir, en un cuadro de rasgo duros y a la vez impersonales Francesco Rossi presentó hace dos años en Cannes este último filme suyo, en el que prosigue puntual mente su cine de denuncia.En este caso, y centrando la anécdota en el sur de Italia, la acusación apunta a un grupo de magistrados muertos o ejecutados en un arreglo de cuentas particular, llevado a cabo por una de sus víctimas. La presentación de éstos cae a veces en lo pintoresco, como en el caso de¡ primero, que cada día va a echar un vistazo a las momias d...

Muy dentro d el estilo de El caso Mallei o Las manossobre la ciudad, es decir, en un cuadro de rasgo duros y a la vez impersonales Francesco Rossi presentó hace dos años en Cannes este último filme suyo, en el que prosigue puntual mente su cine de denuncia.En este caso, y centrando la anécdota en el sur de Italia, la acusación apunta a un grupo de magistrados muertos o ejecutados en un arreglo de cuentas particular, llevado a cabo por una de sus víctimas. La presentación de éstos cae a veces en lo pintoresco, como en el caso de¡ primero, que cada día va a echar un vistazo a las momias de un convento vecino a que le cuenten la vida y acciones de sus vecinos o antepasados, o el que es víctima de manías de limpieza, o el que, a lo largo de un confuso discurso sobre la transubstanción, se confiesa ateo y partidario de diezmar a los presuntos culpables de cualquier acto punible corno único modo de poner la ley entre sus ciudadanos. Todos ellos componen un friso de «ltalia negra», que al tratarse de este país, suele situarse habitual mente en Sicilla. Puestas así las cosas, tal como el comisario venido de la capital las va descubriendo, nuevas intrigas surgen, ligando tales hechos delictivos a las altas esferas de la política. La trama crece no sólo en extensión, sino en confusión. Ya no se trata de un asesino solitario, sino de un golpe de Estado, o mejor de un contragolpe a fin de eliminar a la oposición. El comisario. desbordado, sustituido por la policía política, pide ayuda al Partido Comunista a través de un amigo de la infancia, pero esa ayuda llegará tarde cuando muere en su entrevista con el secretario, y el mismo partido debe aceptar la versión oficial sobre el fin de anibos por razones políticas.

Salvo este comisario, el asesino y los jóvenes que en la calle piden justicia, pocos son los que se salvan en este filme de lit crítica o la burla de Rossi. Contado, como ya es habitual, dentro de un esquema de serie negra, se inicia muy brillanteniente, en lo que a planteamiento y ritmo se refiere, para perder interés en su segunda parte, deniasiado vaga a veces, remontándose finalmente con un imprevisto desenlace. Filme de hombres solos, demasiado aséptico, su pr otagonista, Lino Ventura, no consigue salvarse de una cierta monotonía, en tanto Fernando Rey da en todo momento el carácter preciso de su tipo.