CINE/"JIMI HENDRIX"

Vida

Jimi Hendrix es algo más que un documental. En realidad ninguna obra cinematográfica inscrita en el apartado de «documentales» suele ceñirse a una exposición de hechos y datos, a una documentación. El cine y todas las artes poseen el suficiente grado de subjetivismo creativo, con mayor o menor sensibilidad en sus realizadores, como para superar de manera inmediata el aparente deseo objetivo de suministrar información. Sin embargo, ésta se produce, en ocasiones, de manera indirecta o inconsciente incluso para sus directores, aportando una serie de connotaciones de muy d...

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Jimi Hendrix es algo más que un documental. En realidad ninguna obra cinematográfica inscrita en el apartado de «documentales» suele ceñirse a una exposición de hechos y datos, a una documentación. El cine y todas las artes poseen el suficiente grado de subjetivismo creativo, con mayor o menor sensibilidad en sus realizadores, como para superar de manera inmediata el aparente deseo objetivo de suministrar información. Sin embargo, ésta se produce, en ocasiones, de manera indirecta o inconsciente incluso para sus directores, aportando una serie de connotaciones de muy distinto análisis y validez.Con el documentalismo musical pop, tendencia que en breves años ha conseguido ya una serie, importante de títulos y un estilo propio, las connotaciones surgen por doquier. Contemplar Jimi Hendrix, no es sólo asistir al homenaje colectivo a uno de los mejores guitarristas pop del mundo, es también, y probablemente sea el factor más atractivo de la película, contemplar fascinados una amplia galería de tipos y prototipos del mundo cultural pop y, por supuesto, del rollo.

Jimi Hendrix

Guión v dirección: Joe Boyd y Gary Weiss. Con Jimi Hendrix, Eric Clapton, Little Richard, Billy Cox y Mick Jagger, entre otros. Estados Unidos, 1973. Color. Documental musical. Local de exhibición: Duplex-2

Las coordenadas estéticas del filme no tienen, prácticamente, ninguna novedad con respecto a otros ejemplos del género. Quizá la escasez de medios de producción, o un consciente deseo de intentar fijar la atención del espectador en los personajes que surgen y actúan en la pantalla, condicionen esa sobriedad estilística.Todo parece indicar que uno de los rasgos diferenciales -en el plano sociológico- de la segunda mitad del siglo XX es el surgimiento de una cultura-contracultura con una poderosa capacidad de difusión e influencia, y con los consiguientes cambios radicales en los hábitos de comportamiento Pues bien, Jimi Hendrix, y con ella la mayor parte de las películas documentales del mundo pop, es absolutamente ejemplar por lo que se refiere a la exposición de toda una serie de nuevas normas de comportamiento y nuevo sistema de valores. Cuando hablan Clapton, Little Richard, Cox, Jagger, e incluso el padre de Hendrix, lo que se escucha es parte esencial de esa nueva concepción del mundo, esa nueva ideología, que es el rollo. Lo conceptos tradicionales son reiventados, o, cuando menos, asumidos con un nuevo enfoque: la amistad alcanza unos grados de equilibrio de enorme sutileza; e amor se sumerge de nuevo en Ia cotidianeidad hedonista del medievo; el dinero tiene una valoración de distinto signo al habitual incluso la muerte -y en el filme e relato de la muerte de Hendrix, en boca de un amigo negro y completamente pasado, es genial- pierde todas sus paulatinas mixtificaciones. En definitiva el mundo pop e dueño y señor de una nueva forma de comunicación en la que entra o no, pero de hacerlo uno se introduce en una atmósfera de serena fascinante placidez. Lo de menos es saber si Jimi Hendrix, de Boyd Weiss es una buena o mala película: es vida, eso es todo.

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