Acuerdo de principio sobre el canal de Panamá

Los negociadores panameños y norteamericanos llegaron a un «acuerdo de principio» en la redacción de un nuevo tratado sobre el canal después de tres años de regateos y difíciles conversaciones. Estados Unidos, según lo previsto en el nuevo tratado, que podría encontrar fuerte oposición en el Congreso, se retirará derinitivamente de la zona del canal en el año 2000, aunque se reserva el derecho a defenderlo y a garantizar su «neutralidad permanente».

Aunque los detalles concretos del nuevo acuerdo no se han hecho aún públicos, se conocen las líneas generales del tratado, que sustituirá a...

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Los negociadores panameños y norteamericanos llegaron a un «acuerdo de principio» en la redacción de un nuevo tratado sobre el canal después de tres años de regateos y difíciles conversaciones. Estados Unidos, según lo previsto en el nuevo tratado, que podría encontrar fuerte oposición en el Congreso, se retirará derinitivamente de la zona del canal en el año 2000, aunque se reserva el derecho a defenderlo y a garantizar su «neutralidad permanente».

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Aunque los detalles concretos del nuevo acuerdo no se han hecho aún públicos, se conocen las líneas generales del tratado, que sustituirá al ahora vigente de 1903, en el que Estados Unidos obtuvo la soberanía a perpetuidad sobre el canal y una zona de dieciséis kilómetros a su alrededor. Los nuevos acuerdos se plasmarán en dos tratados, uno por el que se dipone un gradual retorno del canal y la zona a la soberanía panameña, y otro por el que se garantiza la neutralidad del canal y Norteamérica se reserva su derecho a defenderlo.Un complejo paquete de pagos completa los acuerdos. Washington, que en la actualidad paga la ridícula cifra de 2.300.000 dólares anuales por el canal, tendrá que pagar, desde que se firme el nuevo tratado, entre cuarenta y cincuenta mill

ones de dólares por cada año hasta el próximo siglo. Además, los acuerdos prevén otros trescientos millones de dólares en ayuda económica a Panamá y cincuenta millones más en ayuda militar.

Si bien Norteamérica se reserva su presencia militar en la zona hasta el año 2000, irá devolviendo gradualmente territorios de la zona hasta llegar a un 65 % de la misma. Actualmente hay catorce bases militares USA en la zona del canal, entre ellas la famosa escuela de «comandos» en la que se enseñó táctica antiguerrillera a los militares latinoamericanos y otra destinada al «asesoramiento» de las policías políticas de América Latina. La colodia estadounidense asciende a unas 40.000 personas, entre ellas 9.500 soldados.

Mientras el presidente Carter conseguirá, sin duda, con este trabajoso acuerdo mejorar sus relaciones con los países latinoamericanos, se espera una fuerte oposición en el Congreso USA, encargado de ratificar el tratado para que entre en vigor. Los sectores más reaccionarios de la política estadounidense acusaron a Carter de enajenar un pedazo de territorio nacional, y en los medios más conservadores se piensa que la nueva Administración ha cedido en demasía a las peticiones panameñas. De los 67 votos necesarios en el Senado para la ratificación, el Gobierno cuenta en este momento con unos cincuenta.

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El canal de Panamá, que se abrió al tráfico en 1914, fue una creación del presidente Roosevelt, quien fomentó la secesión de Panamá de Colombia en 1903, reconoció inmediatamente al nuevo país y firmó dos semanas después el tratado que garantizaba la soberanía a perpetuidad de Estados Unidos sobre la zona. Más tarde, Norteamérica pagaría a Colombia veinticinco millones de dólares para compensar la pérdida de la antigua provincia de Panamá.

Satisfacción en la Casa Blanca

Jody Powell, portavoz de la Casa Blanca, declaró anoche que el nuevo tratado del canal de Panamá «satisface» todos los intereses nortearnericanos.Refiriéndose a la oposición que el tratado despierta en un sector del Congreso americano, Powell afirmó que los congresistas estaban «respondiendo bien» a la noticia del acuerdo, y que el presidente Carter les había enviado un telegrama pidiéndoles que no comprómetieran su voto antes de conocer todos los detalles del nuevo tratado.

Según informaciones próximas a la Casa Blanca, Carter cuenta con el apoyo de cincuenta senadores, pero necesita el voto de otros diecisiete para obtener los dos tercios de esta Cámara.

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