Tribuna:

La desasistencia médica de los pueblos y el paro profesional

¿Cuántas leyes absurdas se seguirán dictando en este país? El 7 de abril de 1977, en los albores de la democracia, se publica en el BOE un decreto-ley de la Presidencia del Gobierno en el que se prohibían todos los nombramientos interinos para los funcionarios públicos.

Y he aquí que los recientemente graduados médicos por la Universidad de Salamanca nos vemos condenados a una situación de paro forzoso, mientras en todas las provincias de España hay pueblos que necesitan médico. Solamente en la provincia de Salamanca, 55 pueblos precisan médico.

Mantenemos una lucha sorda...

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¿Cuántas leyes absurdas se seguirán dictando en este país? El 7 de abril de 1977, en los albores de la democracia, se publica en el BOE un decreto-ley de la Presidencia del Gobierno en el que se prohibían todos los nombramientos interinos para los funcionarios públicos.

Y he aquí que los recientemente graduados médicos por la Universidad de Salamanca nos vemos condenados a una situación de paro forzoso, mientras en todas las provincias de España hay pueblos que necesitan médico. Solamente en la provincia de Salamanca, 55 pueblos precisan médico.

Mantenemos una lucha sorda desde la fecha de nuestra graduación; alentados con las buenas palabras del subjefe provincial de Sanidad. Casi un mes de espera, desde que se nos permitió solicitar nuestro nombramiento interino. Mientras en otras provincias (Valladolid, Avila, Santander ... ) conocemos que se han hecho nombramientos interinos a compañeros nuestros que hicieron su petición en las mismas fechas que nosotros. Por lo cual, el 29-7-1977 reciben un telegrama en todas las Jefaturas Provinciales de Sanidad donde prohíben de nuevo los nombramientos interinos o contratados.

¿Qué criterios siguen en Madrid para que unas solicitudes hayan sido concedidas y otras no?

¿No tienen todos los pueblos el mismo derecho a tener médico, y todos los médicos el mismo derecho al trabajo?

Creemos que el Gobierno promulgó el decreto-ley anteriormente mencionado presionado por los MIT (Médicos Interinos Titulares), que se unieron- a las peticiones de los profesores de enseñanza. Los MIT, que son los que se han dejado oír, piden entrar en la oposición restringida (menor número de temas y más del 80 % de las plazas para ello); al tiempo que siguen disfrutando de los buenos dividendos que para un profesional supone desempeñar el puesto de dos, tres, y hasta cinco y ocho médicos, mientras otros compañeros nos vemos condenados al paro.

El decreto-ley dice que es para ahorrar fondos de la Hacienda Pública, lo que no es cierto (lo único

ahorrado serían los papeles de los

nombramientos). El médico percibe todos los honorarios, y en relación con las titulares acumuladas

exactamente, el sueldo quehabrían de corresponder a dos, cuatro... médicos.

El Gobierno estuvo algo «miope» al dictar esta ley, como lo estuvo meses atrás al decretar que la asignatura de música podía ser impartida por cualquier profesor y se olvidó de todo un estamento social: los profesionales de la Música.

En este caso, el Gobierno, atendiendo las presiones de los MIT, se ha olvidado de todos los nuevos y futuros licenciados de la Universidad: médicos, veterinarios, y demás titulares que ejercen en calidad de funcionarios públicos.Y no solamente de los profesionales y de su derecho al trabajo, si no -lo que es más grave- de los numerosos pueblos que se ven sin médico, atendidos pésimamente por uno que vive a varios kilómetros, que los visita una o dos veces por semana, y que se ve imposibilitado, por falta de tiempo, para atender malamente a los tres, cuatro u ocho pueblos, según los casos.

El recién creado Ministerio de Sanidad ha hablado del derecho a la salud; digan los lectores:si algún tramite burocrático, por importante que sea, puede impedir (moralmente) el derecho a la salud de las familias de los cientos de pueblos españoles que no tienen médico, que carecen del guardián de su salud, del que puede muchas veces calmar su dolor y siempre consolar su pena.

Los licenciados médicos por Salamanca, en 1977, pedimos la unión con los recientemente licenciados sanitarios españoles, y todas cuantas personas estén moralmente unidas compartiendo estos problemas, para que el nuevo Ministerio de Sanidad le otorgue una rápida resolución.

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