Nacionalización parcial de la empresa aeronáutica Dassault-Breguet

El Gobierno francés decidió ayer nacionalizar un tercio de la sociedad de construcción aeronáutica «Marcel Dassault-Breguet Aviation». En su programa, la Unión de la Izquierda prevé la nacionalización total de la empresa. Al hacer pública su decisión, el Gobierno anticipó también que propondrá a los países europeos que participaron de la construcción del «Airbus», entre ellos España, la realización de otro avión para «trayectos medios».Con la nacionalización de la tercera parte de las acciones de la compañía Dassault de aviación, el Estado podrá bloquear ahora cualquier decisión de la direcció...

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El Gobierno francés decidió ayer nacionalizar un tercio de la sociedad de construcción aeronáutica «Marcel Dassault-Breguet Aviation». En su programa, la Unión de la Izquierda prevé la nacionalización total de la empresa. Al hacer pública su decisión, el Gobierno anticipó también que propondrá a los países europeos que participaron de la construcción del «Airbus», entre ellos España, la realización de otro avión para «trayectos medios».Con la nacionalización de la tercera parte de las acciones de la compañía Dassault de aviación, el Estado podrá bloquear ahora cualquier decisión de la dirección de la empresa. En la actualidad, esta industria, totalmente controlada por la familia Dassault, que posee, el 95% de las acciones, recibe sin embargo amplias subvenciones del Estado. Al mismo tiempo, el ejército francés y los de otros países se encuentran entre sus principales compradores, quienes de esta manera actúan, simultáneamente, como financieros y clientes de la sociedad.

Por otra parte, la nacionalización parcial ordenada ayer por el Consejo de Ministros responde plenamente a las previsiones constitucionales, que permiten la nacionalización de toda industria que se transforme, como en este caso, en servicio público o en monopolio.En la actualidad, Dassault-Breguet emplea a 15.300 personas, y sus beneficios ascendieron, en 1975, a 105 millones de francos (unos 1.500 millones de pesetas). La iniciativa nacionalizadora se interpreta como un deseo del Gobierno -y de Dassault- de adelantarse a la izquierda en el asunto, e incluso de complicar el proceso de nacionalización total si la Unión de la Izquierda gana las elecciones legislativas de 1978.

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