Paro de 60.000 trabajadores de la hostelería de Baleares

Ni el llamamiento a la cordura y a la responsabilidad de todos. que ayer hizo el obispo de Mallorca, monseñor Ubeda, como último recurso para evitar el anunciado paro en el sector de la hostelería balear, ha servido para impedir la huelga de veinticuatro horas que hoy llevará a cabo el más importante sector industrial del archipiélago.

Más de 60.000 trabajadores del sector hostelero de Baleares, pese a que a última hora no se han sumado a la huelga Menorca e Ibiza, habrán iniciado, a las siete de la mañana de hoy, un paro de veinticuatro horas, como protesta por la suspensión de las...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ni el llamamiento a la cordura y a la responsabilidad de todos. que ayer hizo el obispo de Mallorca, monseñor Ubeda, como último recurso para evitar el anunciado paro en el sector de la hostelería balear, ha servido para impedir la huelga de veinticuatro horas que hoy llevará a cabo el más importante sector industrial del archipiélago.

Más de 60.000 trabajadores del sector hostelero de Baleares, pese a que a última hora no se han sumado a la huelga Menorca e Ibiza, habrán iniciado, a las siete de la mañana de hoy, un paro de veinticuatro horas, como protesta por la suspensión de las negociaciones para un nuevo convenio colectivo del sector.

Ayer, al mediodía, la comisión negociadora de los trabajadores comunicó al delegado de Trabajo en funciones los acuerdos tomados sobre el desarrollo del paro. La intención obrera es de concentrarse ante sus respectivas empresas, a la hora de comenzar el trabajo, para, posteriormente, desplazarse a tres o cuatro lugares concretos, donde celebrarán asambleas informativas. El comité organizador de la huelga ha dado garantías de mantener la seguridad y el orden, y están previstos turnos para el mantenimiento de los servicios, locales e instalaciones imprescindibles.

Más información

Los reiterados intentos de evitar el paro, que supondrá el colapso de la vida social y económica de la isla durante la jornada de hoy. resultaron fallidos. El último de los intentos corrió a cargo del obispo de Mallorca, monseñor Ubeda, quien, en un llamamiento a la cordura y la responsabilidad de todos, afirmaba que era «necesario recordar los nefastos efectos que un conflicto podría provocar en el mercado turístico, ya suficientemente deteriorado, y es necesario recordar lo que podría significar para la mayor parte de la población de Mallorca y de las islas el posible cierre de una parte importante de la industria hotelera».

Archivado En