¿Para qué sirve el capote?

¿Para qué sirve el capote? Una mirada atrás en lo que llevamos de feria -cuatro corridas, doce espadas, veinticuatro toros, otras tantas oportunidades o más de torear a la verónica; 48 huecos, o quizá nos quedamos cortos, para los quites; brega que te bregarás, etcétera- nos hace pensar que el capote vale para muy poco. O no saben utilizarlo los toreros. Sí Andrés Vázquez, Raúl Aranda y Julio Robles; nada, o casi nada, los demás. Ni las figuras, ni los del montón. Ni el recio batallador de las más desesperadas lidias, ni el fino estilista apoyado y arropado por monopolio, resto de la taurinada...

¿Para qué sirve el capote? Una mirada atrás en lo que llevamos de feria -cuatro corridas, doce espadas, veinticuatro toros, otras tantas oportunidades o más de torear a la verónica; 48 huecos, o quizá nos quedamos cortos, para los quites; brega que te bregarás, etcétera- nos hace pensar que el capote vale para muy poco. O no saben utilizarlo los toreros. Sí Andrés Vázquez, Raúl Aranda y Julio Robles; nada, o casi nada, los demás. Ni las figuras, ni los del montón. Ni el recio batallador de las más desesperadas lidias, ni el fino estilista apoyado y arropado por monopolio, resto de la taurinada, seguidores de la tierra y demás fans. Morderlo sí lo muerden: les gustará. Es ocioso preguntar a estos toreros para qué sirve el capote. Mejor seria preguntarles a qué sabe ¡el capote.