Cartas al director

Cuestión de gustos

Realmente, después del lavado de cerebro intensivo a que nos han sometido a los españoles durante estos últimos cuarenta años, con el señuelo de paz y seguridad (debía ser la única forma de conseguirlas, aunque nos ha salido muy caro), y que tan buen resultado ha dado en muchos, no debiera sorprenderme ante nada, pero en mi optimismo creía que iban despertando de su letargo y a la vista de lo que va salíendo a la luz pública con la incipiente libertad de expresión de que gozamos, más de uno habría sacado la cabeza de debajo del ala, donde la tenía obedientemente metida para no herir sus sentid...

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Realmente, después del lavado de cerebro intensivo a que nos han sometido a los españoles durante estos últimos cuarenta años, con el señuelo de paz y seguridad (debía ser la única forma de conseguirlas, aunque nos ha salido muy caro), y que tan buen resultado ha dado en muchos, no debiera sorprenderme ante nada, pero en mi optimismo creía que iban despertando de su letargo y a la vista de lo que va salíendo a la luz pública con la incipiente libertad de expresión de que gozamos, más de uno habría sacado la cabeza de debajo del ala, donde la tenía obedientemente metida para no herir sus sentidos con las cosas feas que había que ver, oír y saber, porque, ¿y si luego pedían explicaciones y exigían responsabílidades?Por todo ello, mi sorpresa ha sido mayúscula ante la ofendida -y ofensiva- carta que dirige a ese diario don Luis López Alvarez. Supongo se habrá afiliado sin pérdida de tiempo a Fuerza Nueva, pues le va pintiparada a su confesionalismo.

Naturalmente querrá que se supriman todas esas tonterías de libertad, democracia, derecho a la huelga, derechos humanos, etcétera, ¿verdad? Hay que meter a la gente en cintura, poner a los obreros en su sitio, cortar por lo sano en cuanto a decir lo que se piensa, y a los más inteligentes meterlos en la cárcel, no vaya.a ser contagioso. Después, dirigir el país con mano dura, sin contemplaciones, que para eso quien manda, manda, y además, con el beneplácito de la Iglesia (léase padre Venancio Marcos, monseñor Cantero Cua drado, etcétera), y perdonar de vez en vez, entre comunión y comunión diaria, a alguno que haya hecho pupa, pero dentro de un orden. (¡Ay, si les aplicaran la ley del Talión ... !) -

Todo ello «hábilmente» dirigido por personas con el «señorío» de López Bravo, López Rodó, Fraga, Girón, Garicano, Arias, Solís, y un largo etcétera, naturalmente para provecho propio y de algunas honorables familias, de todos conocidas. Si esa es la España que a usted le gusta, desde ahora mismo se la deseo.... para usted solito, señor López.

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Personalmente quiero un país con libertad, justicia, donde haya oportunidades para todos, donde se pueda estudiar, trabajar y vivir con dignidad, sin represiones brutales, sin miedo, donde el pueblo tenga voz y voto,a través de los órganos correspondientes, pues únicamente así habremos logrado una auténtica madurez cívica, en lugar de dejar que nos traten impúnemente como a retrasados mentales.

Aunque algunos se hagan cruces ante tamaña osadía y desatino, me parece que es lo mínimo que se puede pedir.

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