Crítica:MUSICA

El violín barroco de Jaap Schroeder

El ciclo Lunes de Radio Nacional es uno de los más loables de nuestra vida musical. Su interés siempre es grande, en busca de lo nuevo o poco conocido antes que de lo espectacular o brillante; además, sus sesiones son gratuitas y se retransmiten en directo a toda España. Pero además revisten, en ocasiones, caracteres de acontecimiento. Este ha sido el caso del formidable recital del violinista Jaap Schroeder y el clavecinista Peter Williams, dedicada al violín barroco.Es sabido que todos los instrumentos barrocos sufrieron modificaciones posteriores, incluso el violín, que es uno de los...

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El ciclo Lunes de Radio Nacional es uno de los más loables de nuestra vida musical. Su interés siempre es grande, en busca de lo nuevo o poco conocido antes que de lo espectacular o brillante; además, sus sesiones son gratuitas y se retransmiten en directo a toda España. Pero además revisten, en ocasiones, caracteres de acontecimiento. Este ha sido el caso del formidable recital del violinista Jaap Schroeder y el clavecinista Peter Williams, dedicada al violín barroco.Es sabido que todos los instrumentos barrocos sufrieron modificaciones posteriores, incluso el violín, que es uno de los que menos cambiaron. Es cierto que los grandes violines de hoy en día siguen siendo los Stradivarius, Amati o Guarnerius, y que estos instrumentos, y los de otros muchos constructores con los que se toca habitualmente fueron construidos en pleno barroco; pero hay que tener en cuenta que estos instrumentos sufrieron modificaciones importantes: el mango fue sustituido por otro más largo y, además, fue inclinado, hacia atrás, de modo que el puente hubo de ser reemplazado por otro más elevado. Esto unido al hecho de que la afinación subió desde la de un la-415 (tomando una afinación barroca standard, pues habla grandes variaciones) hasta un la-440 con el que oficialmente se toca hoy en día (en la práctica, y sobre todo en España, se toca mucho más alto, lo que tiene muchos inconvenientes), quiere decir que la tensión de las cuerdas aumentó, con lo que el sonido se hizo más brillante pero también más estridente. Como consecuencia fue necesario reforzar el alma y poner la barra de armonía más gruesa. Además las cuerdas, que eran de tripa (salvo, a veces, el bordón, de tripa entorchada), fueron sustituidas por las metálicas. El arco era mucho menos curvado y más corto, con lo que era más sensible a la presión del dedo índice. La técnica era distinta, empezando porque el violín no se sujetaba con el mentón, que el empleo del vibrato era muchísimo menor, que no se afinaba en la escala temperada sino en la física...

Obras de Cima, Uccellini, Corelli, Veracini y Bach

Jaap Schroeder, violín barrocoPeter Williams, clave Lunes de Radio Nacional Sala Fénix. Día 14.

Por todo esto el concierto de Schroeder era interesantísimo, pero no sólo desde el punto de vista arqueológico, porque lo que escuchamos era música tremendamente viva, hermosa y apasionada. ¡Qué maravilla de interpretación! Por dinámica, fraseo, ornamentación, conocimiento del barroco, cuyas fórmulas no aparecen como obligación erudita sino como necesidad expresiva.

El programa, tan bello como interesante, incluía obras prebarrocas (de Cima y Uccellini) y barrocas (de Corelli, Veracini y Bach). El clavecinista Peter Williams puso de manifiesto su enorme maestría, por gusto en la exhuberante ornamentación, cuadratura y flexibilidad, además de perfecto doigté.

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