Grecia acelera sus negociaciones con el Mercado Común

El Gobierno de Constantino Caramanlis no quiere dejarse encerrar en la globalización de la extensión del Mercado Común, que podría consistir en retrasar las actuales negociaciones con Grecia, a la espera de las candidaturas de Portugal y España, futuros aspirantes a la entrada en las Comunidades Europeas.Atenas tiene prisa y desea acelerar las actuales negociaciones de entrada de Grecia al Mercado Común. Después de una serie de reuniones entre expertos, en las que se confrontan la realidad comunitaria con la situación griega, helenos y comunitarios celebraron aquí una reunión, a nivel d...

El Gobierno de Constantino Caramanlis no quiere dejarse encerrar en la globalización de la extensión del Mercado Común, que podría consistir en retrasar las actuales negociaciones con Grecia, a la espera de las candidaturas de Portugal y España, futuros aspirantes a la entrada en las Comunidades Europeas.Atenas tiene prisa y desea acelerar las actuales negociaciones de entrada de Grecia al Mercado Común. Después de una serie de reuniones entre expertos, en las que se confrontan la realidad comunitaria con la situación griega, helenos y comunitarios celebraron aquí una reunión, a nivel de embajadores, destinada a avanzar en el proceso negociador.

Los aspectos agrícolas de la negociación siguen siendo fundamentales. Por el momento hay comparación de reglamentos y balance de resultados. Falta definir todo el programa transitorio que deberá soportar la agricultura, la industria y la economía griega en general, entre el momento de la firma del tratado de adhesión y la plena armonización entre Grecia y el Mercado Común.

En Bruselas se señala que el primer ministro, Caramanlis, usaría de todo su prestigio personal para presionar a los grandes de la CEE, Valery Giscard d'Estaing y Helmut Schinidt, en especial, a fin de que el proceso de integración de Grecia al Mercado Común no sufra ningún retraso.

La maniobra, lógica por otra parte, de Atenas parece dar sus resuItados. El propio presidente de la Comisión Europea, el británico Roy Jenkins, reconoció en su última conferencia de prensa que, a pesar de la similitud de problemas, las candidaturas de España y Portugal a la CEE no podrían servir de pretexto para «frenar» el actual proceso negociador Grecia -CEE.

El lunes los griegos firmaron con la CEE una nueva ayuda, de 280 millones de «unidades de cuenta» (11.500 millones de pesetas), destinada a desarrollar la economía griega. Al mismo tiempo trataron los aspectos de relaciones exteriores, unión aduanera y política regional, que se derivarán de la entrada de Grecia a las Comunidades Europeas.

Es el capítulo de «relaciones exteriores» el que centra la atención de los observadores. ¿En qué medida los giegos podrán respetar los compromisos externos de la CEE, como las ventajas que la CEE concede a países en vías de desarrollo, acuerdos con países mediterráneos o concesiones a 45 países en vías de desarrollo de Africa, el Caribe y el Pacífico? El dilema no es específico de los griegos. Es algo que también deberán tener en cuenta España y Portugal. Integrarse a la CEE no equivale sólo a armonizar sus políticas socio-económicas con las comunitarias, sino también estar dispuesto a respetar lo que se denomina «derechos adquiridos».

Griegos y comunitarios anuncian una reunión de negociaciones, a nivel ministerial para el 5 de abril, en Bruselas. Decididamente Atenas no quiere formar grupo con españoles y portugueses y tiene prisa por avanzar en su negociación.